El 18 de agosto de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió en la Casa Blanca con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y líderes europeos clave, incluidos representantes de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Finlandia, la Unión Europea y la OTAN. El objetivo principal fue discutir estrategias para poner fin a la guerra de agresión rusa contra Ucrania, un conflicto que ha devastado la región desde 2022. La reunión marcó un momento crítico en la diplomacia internacional, reflejando tanto avances potenciales como tensiones persistentes.
Trump, quien ha expresado su intención de lograr un acuerdo de paz rápido, propuso garantías de seguridad para Ucrania inspiradas en el Artículo 5 de la OTAN, pero sin incluir la membresía formal de Ucrania en la alianza, una condición que Rusia ha rechazado históricamente. Según reportes, Trump también abrió la puerta a posibles concesiones territoriales, sugiriendo que Ucrania podría ceder partes del Donbás a Rusia a cambio de un alto al fuego en otras regiones, como Jersón y Zaporiyia. Esta postura generó preocupación en Kyiv y entre los aliados europeos, quienes insisten en que cualquier acuerdo debe priorizar la soberanía ucraniana y un alto al fuego incondicional primero.
Zelenskyy, por su parte, reiteró su rechazo a ceder territorio y enfatizó la necesidad de garantías de seguridad robustas para prevenir futuras agresiones rusas. Subrayó que Ucrania no aceptará un acuerdo que no incluya su participación directa en las negociaciones, especialmente tras reportes de que Trump había iniciado diálogos con Vladimir Putin sin consultar a Kyiv. Los líderes europeos, como el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron, respaldaron esta postura, destacando que Rusia es el agresor y que cualquier paz debe respetar la integridad territorial de Ucrania. Sin embargo, la reunión no logró un consenso claro sobre el envío de tropas europeas para garantizar un posible acuerdo.
El cambio de Trump hacia un enfoque de “acuerdo de paz” en lugar de un alto al fuego inmediato ha generado críticas. Expertos, como Ian Bond del Centro para la Reforma Europea, argumentan que esta estrategia podría beneficiar a Putin, dándole tiempo para consolidar ganancias en el campo de batalla. La falta de avances concretos en la reunión, junto con la insistencia de Trump en incluir a Putin en futuras conversaciones, ha avivado temores de que Estados Unidos pueda alejarse de sus aliados tradicionales en Europa.
A pesar de las tensiones, los líderes europeos expresaron un optimismo cauteloso, señalando que las discusiones fueron “constructivas”. Se acordó explorar garantías de seguridad coordinadas por Estados Unidos y Europa, aunque los detalles siguen siendo vagos. Zelenskyy, tras la reunión, afirmó estar listo para dialogar con Putin, pero solo bajo condiciones que respeten los intereses de Ucrania.
There is no ads to display, Please add some