En medio de denuncias de acarreos, reparto de despensas, de prohibición de celulares en las mamparas de votación que luego fue anulada, de festejos anticipados, la historia de una elección interna para definir al nuevo dirigente nacional repitió un patrón conocido: el de una victoria para uno de los candidatos con el 80% de los votos contabilizados.
Marko Cortés ganó en 2018 también con el 80% de los votos, Gustavo Madero fue electo con el 60% de los sufragios de la militancia en 2015 –en 2021 la elección la realizó el Consejo Nacional sin participación de la militancia por postularse sólo un candidato–, algo que da para reflexionar acerca de porqué razón los panistas están apoyando al integrante de un grupo a la vez que en coro condenan a la “onda grupera”.
Pero la nota de la participación de la militancia en esta ocasión no es el único punto que debe preocupar a los panistas –a los que les importa ser oposición de verdad–, pues ahora el blanquiazul tiene a un dirigente cuestionado y con una cola larga que le pisen.
El tema del Cártel Inmobiliario perseguirá a Jorge Romero a lo largo de su dirigencia nacional, en cada decisión que tome y –como no variarán las cosas en cuanto a desempeño electoral del Partido– en cada derrota que tenga a cuestas en los comicios por venir.
Si ya está en la cárcel uno de los integrantes de su grupo político, Christián Von Roehrich –también exjefe delegacional en Benito Juárez, bastión de los romeristas–, podemos imaginar la cantidad de información que se tendrá en contra del flamante jefe nacional panista y lo que Morena podría lograr con estos datos.
Este tema ha sido uno que pese a los intentos de aclararlo no ha logrado ser arrancado de la conversación pública y será utilizado, como otros lo fueron exitosamente, por el partido oficial para apuntalar su narrativa de que no deben regresar los políticos corruptos del pasado, sin importar su edad.
Así, al exterior el nuevo dirigente nacional será un político sin credibilidad, cuestionado y con una imagen negativa, en tanto que al interior del Partido su presencia no abonará a la unidad por la forma en que está llegando a la jefatura nacional blanquiazul. Un reto muy difícil de superar.
Radiografía de la elección
Un día antes de abrirse las casillas de votación empezaron a denunciarse algunas irregularidades, como el hallazgo de despensas en una camioneta del Comité Directivo Estatal del PAN en Durango, presumiblemente para quienes votarán por Romero Herrera; ese mismo día se dio la noticia de la renuncia de 100 militantes en Yucatán, quienes dejaron el partido por las imposiciones que se han presentado, la derrota de junio pasado y la candidatura de quien resultó ganador de la contienda interna; en Puebla, se informó que será el Consejo Estatal el que elegirá a la dirigencia del Comité Directivo del panismo en la entidad y no los militantes como marcan los estatutos, lo que provocó que la participación el domingo fuera baja, por ejemplo, en la capital estatal sólo acudió a las urnas el 24% de la militancia.
Pero el tema que provocó más controversia fue invalidar la prohibición de entrar a la mampara de votación con celular, para evitar que se tomara fotografía y así comprobar por quien se había depositado el sufragio y contar con el pago correspondiente por esto; la Comisión encargada de organizar la elección interna prohibió el uso de teléfonos móviles, pero fue la Comisión de Justicia del CEN la que invalidó la decisión; un integrante de dicha Comisión, Juan Antonio García Villa, denunció que la Comisión de Justicia del CEN invalidó la medida con cuestionables argumentos y fuera de tiempo.
Esto provocó que el día de la votación los simpatizantes de Jorge Romero presumieran la boleta con el voto a favor del excoordinador de diputados federales panistas en sus redes sociales. Muy pocos de Adriana Dávila hicieron lo mismo.
El domingo hubo denuncias de acarreos y detalles curiosos, que también movieron a risas, como el hecho de que Miguel Ángel Yunes Márquez y Miguel Ángel Yunes Linares podrían participar en la elección interna, pues su proceso de expulsión aún no concluye.
Y para mostrarle al nuevo presidente nacional del Partido como estará el nivel de crítica en su contra, muchos de los panistas que se salieron del partido junto al expresidente Felipe Calderón se dieron vuelo en redes sociales criticando a Jorge Romero, de quien dijeron apoya el aborto, incluso el exaspirante a una candidatura presidencial independiente, Eduardo Verástegui, aprovechó la coyuntura para lanzarse contra el exjefe delegacional en Benito Juárez acusándolo de ser uno de esos “falsos salvadores. Son los mismos de siempre”.
Finalmente, la Comisión Organizadora, en voz de Ana Teresa Aranda, informó que con el 91.7% de las casillas computadas, Jorge Romero se alza con el triunfo, por la proyección de la votación, con el 79.9% de los votos por 20.1% de Adriana Dávila.
Pero el detalle está en los votos incluidos en este recuento, pues con poco más del 90% de las casillas contadas tenemos 99 mil 673 votos para Romero Herrera y 25 mil 82 para Dávila Fernández, lo cual suma 124 mil 755 en total, es decir, se puede decir que la participación fue aproximadamente del 50% del padrón, compuesto por poco más de 305 mil registros de militantes.
Hasta da la impresión de que no sólo el partido está en crisis, sino también la “onda grupera”, que no pudo motivar una participación superior al 74% que se tuvo en 2015.
Quizá la información oficial termine por confirmar una participación menor al 50%, algo que representa una mala noticia para los panistas que presumen “su” democracia interna que no motiva la asistencia a las urnas de los militantes, con todo y que son controlados por ciertos caciques azules, parece que ni eso pueden hacer bien y de nuevo vendrá la discusión sobre la necesidad de revisar el padrón, tal vez depurarlo y convocar a una nueva jornada de afiliación.
Es decir, se repite la historia.
El modelo de partido de los padroneros no le sirve al país: Adriana Dávila
Poco despues de que se conocieran los primeros resultados de la contabilidad de las casillas, Adriana Dávila publicó un video en sus redes sociales en el cual, además de reconocer el triunfo de Jorge Romero, advierte que se trató de una elección interna inequitativa y que la principal conclusión para ella es que el modelo de partido creado por los padroneros no le sirve al país.
Cabe recordar que la conformación del padrón de militantes del PAN ha sido cuestionado en distintas ocasiones, incluso en la presidencia de Gustavo Madero fue depurado, teniendo como una de las causas de la medida las dudas acerca de la existencia de muchos militantes o si se habían afiliado voluntariamente.
El hecho de que menos del 50% del padrón haya participado en la elección interna, apunta a que algo raro hay respecto al otro 50% del mismo, una duda que en poco tiempo se podrá resolver si el equipo de los candidatos y la Comisión Organizadora revisa los datos del Registro Nacional de Miembros del Partido, algo que dará para más comenarios en este espacio.
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