Defender los derechos que las leyes reconocen a las personas, físicas o morales, en cualquier sociedad del mundo, ante la violación o intento de violación de los mismos por alguna autoridad pública, no es motivo de denigración, sino de respeto.
De ahí que el Consejo de Plumas Azules de Acción Nacional calificó como indigno de un servidor público, más aún de quien ejerce el cargo de presidente de la República, acusar a abogados quienes, en ejercicio de su profesión, defienden derechos de personas morales, nacionales o extranjeras, cuando una autoridad, incluido el gobierno federal, pretenda pasar sobre las leyes, y más aún de la Constitución, por los motivos que sean, y peor, cuando esa violación al Estado de Derecho es motivada por caprichos personales, como lo estableció por medio de un comunicado:
En primer lugar, confundir intencionalmente la rentabilidad financiera y fiscal de una sociedad mercantil con un “saqueo”, es ir contra el derecho a obtener utilidades sobre capitales invertidos en el país. Es denigrar a dichas empresas con el fin de violentar su derecho a operar en una nación, y de repatriar, si así lo deciden, parte de dichas utilidades a la nación de los inversionistas extranjeros.
En segundo lugar, acusar a abogados de defender los derechos de los inversionistas, extranjeros y nacionales, organizados bajo las leyes nacionales, como si fuera una acción ilegítima, cuando simplemente abogan por el respeto al derecho de sus representadas, es en sí, una infamia inaceptable.
Afirmar que dicha legítima defensa del Derecho, por tratarse de capitales extranjeros invertidos en el país es per se una “traición a la patria”, es inaceptable, venga de quien venga el dicho, y peor aún, si quien lo dice es el titular del Ejecutivo Federal.
Por estas razones, en nuestra calidad de ciudadanos respetuosos del derecho del libre y legítimo ejercicio de la profesión de abogado, los miembros del Consejo de Plumas Azules, atentamente manifestamos nuestra protesta, ante la grave falta de respeto que ha hecho el Ejecutivo Federal contra los abogados por ejercer su profesión en defensa del derecho de sus representados, concedido por las leyes, la Constitución y los Tratados Internacionales en los que México es parte.
Los miembros del Consejo de Plumas Azules manifestamos nuestra solidaridad con los abogados denigrados por el presidente, y también con otros profesionistas que han sido anteriormente también denigrados por causas viscerales, ajenas de toda justificación o de una opinión razonada.
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