Purga de gobernadores

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Frase: ¡Cuidado!, este es el año de los “cuchillos largos”, de la venganza y la persecución. El régimen está dispuesto a recurrir a lo que sea con tal de que Morena retenga la mayoría en la Cámara de Diputados y pueda ganar el mayor número de gubernaturas posibles.

Ya empezó la purga política. A cuatro meses de la elección, el régimen afila las cuchillas e instala patíbulos para enjuiciar y encarcelar a los gobernadores rebeldes.

López Obrador los amenazó, en una misma semana, dos veces. Primero, les envió una carta y luego ordenó a la Fiscalía pedir al Congreso federal el desafuero del gobernador de Tamaulipas para procesarlo por delincuencia organizada.

La carta a los gobernadores es una amenaza velada. Los exhortó a no intervenir en apoyo a algún candidato o partido, a no utilizar el presupuesto público con fines electorales, a impedir la compra de lealtades o conciencias, a traficar con la pobreza de la gente, a evitar el acarreo y relleno de urnas.

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Para decirlo rápido: El y nadie más, puede comprar la conciencia y voluntad de los pobres; él y nadie más tiene autoridad para usar las vacunas con fines electores, para desviar y utilizar arbitrariamente los impuestos de los mexicanos con el propósito de comprar votos y atrincherarse en el poder.

En el cuerpo de la carta le recuerda a los gobernadores que hoy que —de acuerdo a la reforma que él mismo envió al Congreso— el delito electoral se castiga con cárcel  y sin derecho a salir bajo fianza. Así que, señores gobernadores, este es un llamado para que sus partidos se declaren de “brazos caídos” y dejen que Morena gane las elecciones.

Y si no acatan las instrucciones, les puede ocurrir lo mismo que a su homólogo de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, sentenciado por el verdugo de Palacio a ser desaforado por exigir la revisión del pacto fiscal, defender las inversiones en energía limpia o por exhibir el documento apócrifo con el que la CFE pretendió justificar el apagón masivo del año pasado.

¡Cuidado!, este es el año de los “cuchillos largos”, de la venganza y la persecución. El régimen está dispuesto a recurrir a lo que sea con tal de que Morena retenga la mayoría en la Cámara de Diputados y pueda ganar el mayor número de gubernaturas posibles.

El gobierno se dispone a dar los golpes que sean necesarios para terminar de apoderarse de todas las estructuras del Estado mexicano. Lo quiere todo y ganar los comicios del 6 de junio son determinantes para lograrlo.

Por eso López Obrador ya echó a andar la maquinaria de propaganda fascista para atacar a quienes se atrevan a decirle: “No, señor presidente”.

Eso explica las critica a la Auditoría Superior de la Federación y el amago a su titular David Colmenares quien no tuvo el valor de mantenerse en lo dicho: Que la cancelación del aeropuerto de Texcoco —más que un símbolo anticorrupción— representa uno de los peores atracos hecho en contra del pueblo de México por la cantidad de dinero echado a la basura.

Colmenares intentó poner a prueba la autonomía de la institución que encabeza, pero terminó doblegado por la amenaza del tirano. Es más, la presión quedó demostrada en la carta que envía el presidente a la diputada Dulce María Sauri, titular de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, donde sin rubor alguno le dice: “Aun cuando los responsables de la Auditoria Superior de la Federación se han retractado ante tamaño absurdo, esgrimiendo que aplicaron mal sus métodos de proyección, considero que una actitud de este tipo no sólo obedece a una deficiencia técnica sino también a una intencionalidad política, pues, como sucedió, ésta y otras falsedades contenidas en el informe fueron utilizadas por la oposición conservadora y por la prensa que defiende al antiguo régimen corrupto para tratar de dañar la imagen de rectitud y honestidad de nuestro gobierno”.

AMLO busca acabar con todos los obstáculos a la consolidación de su proyecto político. Por eso llegó al extremo de amenazar con juzgar por “traición a la patria” y llevar al paredón de fusilamiento a los abogados que intenten defender a los inversionistas privados contra la reforma a la industria eléctrica.

La purga está en marcha. De ahí también que los magistrados del tribunal federal hayan renunciado vergonzosamente a la autonomía constitucional. Hoy sólo acatan las ordenes que les dan desde la Consejería Jurídica de Presidencia para avalar la injerencia del dictador en las elecciones.

El sí puede. ¡¡¡Faltaba más!!!


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