Políticas y Decisiones que no están funcionando

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Por Rafael Morgan

Este régimen se ha caracterizado por eliminar o desprestigiar instituciones públicas, personas y organizaciones privadas que funcionan bien o más o menos bien pero que se oponen a sus políticas y decisiones públicas, y que con tajantes órdenes se desaparecen o se atacan con toda la fuerza de la opinión presidencial. Así, prácticamente ha desaparecido todo el sistema nacional anticorrupción, los fideicomisos que constituían las reservas financieras del país, etc. Ahora, el gobierno la trae contra el INE, contra el CIDE, contra las empresas de energías limpias, contra el sistema de transparencia y rendición de cuentas, etc. La tendencia es clara, se ataca y destruye todo lo que se oponga al poder presidencial y gubernamental.

En cambio, hay varias políticas y programas, heredados unos o creados otros por el actual régimen, que no han funcionado o lo hacen a medias, con un alto costo y esfuerzo en detrimento de los recursos públicos y de los ciudadanos. Veamos algunos:

  1. El caso de los testigos protegidos: Una idea que ha funcionado en otros países pero que en México, como muchas otras cosas, las pervertimos y se aprovechan para beneficio de la autoridad o de ciertos personajes. Decía un maestro de derecho en la Universidad que la denuncia de una persona ya acusada, contra otra persona, es “la reina de las pruebas”. Ya se ha visto que al ofrecerle a un delincuente que se convierta en “testigo protegido”, se le pide que denuncie a quien la autoridad le conviene por motivos políticos o con la intención de extorsionarlo o de neutralizarlo como adversario. Es esta una idea en la cual los ciudadanos no creen o ven con sospecha.
  2. El caso de los penales de seguridad: Ha quedado bien demostrado que los penales de seguridad en México son los más inseguros del mundo, pues los delincuentes se fugan cuando quieren o se utilizan como “hoteles” en los que los delincuentes de alto nivel viven bien y siguen operando desde adentro, con teléfonos celulares y órdenes que de una forma u otra llegan a sus cómplices, sicarios y hasta para autoridades coludidas. En repetidas ocasiones se informa en la prensa de motines y masacres de presos como en Colima el día 25, lo que indica que las autoridades no saben, o se hacen, sobre los grupos antagónicos que operan dentro del penal. En las cárceles en México se prefiere que los mismos presos las “administren”; además, los penales se convierten en “universidades” en las que quien no es delincuente mayor, ahí se “gradúa” y se hacen cómplices de capos y jefes de narcotráfico. Las cárceles en México no están cumpliendo su función.
  3. El programa contra el “huachicol”: El robo de gas y de combustible perforando los ductos de Pemex y robando sus carros tanques, es una sangría constante de los recursos de la paraestatal. Después de la tragedia de la explosión de una toma clandestina de gasolina en Tlahuelilpan que dejó 138 muertos, se anunció un programa de combate al robo de combustibles que ha sido un auténtico fracaso; en estos primeros nueve meses de este gobierno, sólo el Estado de Hidalgo, según El Universal, tiene casi 3,400 tomas detectadas a pesar del despliegue nacional de 10 mil elementos del Ejército y la marina. Según las cifras últimas se registran 7,794 tomas clandestinas en todo el país y el 18 de enero se registraron otros estallidos en Nopala y en Tepatitlán, Hidalgo, estado en el que familias enteras se dedican al robo de combustible.
  4. El Banco del Bienestar: Uno de los programas de asistencia social es el Banco del Bienestar, en el que se encargó al Ejército la construcción de 2,700 sucursales equipadas, para atender a los ciudadanos que reciben apoyos federales tales como pensiones a adultos mayores, estudiantes, desempleados, etc. Sin embargo, según declaraciones del propio Presidente, sólo se han podido construir 1,100, muchas de las cuales no tienen los cajeros automáticos ni el equipó, ni el personal, por lo que, como dijo Carlos Loret de Mola son “el puro cascarón”; sólo funcionan 20 sucursales terminadas y 250 más que ya se tenían en el Bansefi y que fueron absorbidas por el Banco del Bienestar. Una prueba de que esta idea no ha funcionado, a pesar del enorme presupuesto asignado por más de 50 mil millones de pesos en tres años, es que se ha cambiado tres veces de Director.

Este tipo de actividades y de programas en las que se demuestra que no están funcionando pero sí gastan grandes recursos, son los que deberían ser eliminados.

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