El gobierno mexicano, bajo la batuta de Claudia Sheinbaum, ha anunciado una emisión de deuda de entre 7,000 y 10,000 millones de dólares para apuntalar a Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera estatal más endeudada del mundo. Según un reporte de Bloomberg, esta operación, que involucra bonos con vencimiento en 2030, busca mejorar la liquidez de Pemex y optimizar su perfil de vencimientos. Sin embargo, analistas y usuarios en redes sociales, como @GMonroyEnergy en X, advierten que esta cifra es apenas una gota en el océano frente a los 105,000 millones de dólares que la empresa debe, sin contar los 20,000 millones adicionales adeudados a proveedores. Algunos, como @SocCivilMx, han calificado esta maniobra como un intento desesperado por rescatar a una compañía quebrada por años de corrupción y mala gestión.
La estrategia del gobierno incluye instrumentos financieros como los P-Caps (títulos pre-capitalizados amortizables), diseñados para aliviar la presión de los pagos inmediatos de Pemex, que enfrenta vencimientos de 9,000 millones de dólares en 2025. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha recibido el respaldo de calificadoras como Fitch, que ve en esta emisión una señal de compromiso gubernamental con la petrolera. No obstante, expertos señalan que el problema estructural de Pemex va más allá de inyecciones de capital. La producción de crudo ha caído a 1.62 millones de barriles diarios en el primer trimestre de 2025, un 11% menos que el año anterior, según Reuters, mientras que el proyecto insignia de Dos Bocas opera al 25% de su capacidad y ha costado 11,000 millones de dólares más de lo presupuestado.
En redes, el término “Pemexproa” ha resurgido, evocando el rescate bancario de 1995 (Fobaproa). Lorenzo Meyer, asesor independiente de Pemex, ha propuesto que el gobierno absorba la deuda de la petrolera, argumentando que los costos de financiamiento de Pemex, cercanos al 10%, duplican los del gobierno federal. Sin embargo, esta idea genera controversia: algunos temen que trasladar la deuda al erario público contamine las finanzas nacionales, ya que México enfrenta un déficit público histórico, el mayor en 40 años. Usuarios como @porktendencia en X cuestionan si esta emisión aborda los desafíos estructurales de Pemex o simplemente posterga lo inevitable.
El gobierno insiste en que fortalecerá a Pemex mediante una reestructuración corporativa y un enfoque en la sostenibilidad, pero las promesas de Sheinbaum de alcanzar 1.8 millones de barriles diarios para fines de 2025 parecen ambiciosas ante el declive de los campos petroleros y la falta de inversión en exploración. Mientras tanto, los proveedores, con deudas acumuladas de 400,000 millones de pesos, esperan pagos que, según Sheinbaum, se completarán en marzo de 2025. La pregunta que flota en el aire es si este “rescate” será suficiente o si Pemex seguirá siendo un barril sin fondo para las finanzas públicas mexicanas.
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