El Paquete Económico 2026 propone que la deuda pública del país supere por primera vez el techo de los 20 billones de pesos. En términos sencillos, cada mexicano cargará con una deuda equivalente a 151 mil pesos. Sin embargo, este endeudamiento no se reflejará en un mayor gasto de salud, educación o seguridad. En realidad, el dinero extra servirá principalmente para pagar intereses de la deuda pasada y apoyar a Pemex.
Más deuda, para pagar deuda
La Secretaría de Hacienda estima un déficit amplio (los llamados Requerimientos Financieros del Sector Público) de 4.1% del producto interno bruto (PIB) para 2026, superior al 3.9% aprobado en 2025. Lo anterior llevará al saldo de la deuda pública a su nivel más alto en la historia: 52.3% del PIB. Sin embargo, si la economía crece a un ritmo de 1.4%, como esperan analistas y el FMI, la deuda subiría hasta 53.4% del PIB.
¿Para qué se usarán estos recursos provenientes del endeudamiento? Para pagar deuda anterior y apoyar financieramente a Pemex. El pago de intereses de la deuda pasará de 3.8% en 2025 a 4.1% del PIB (11,696 pesos por persona), el mayor monto desde 1991. Por su parte, los apoyos a Pemex llegarán a 263.4 mil millones de pesos (mmdp), un aumento de 87% o 122.5 mmdp más frente a 2025. Esto es como si cada persona, además de la deuda pública y los intereses, decidiera apoyar a Pemex dándole 1,960 pesos.
¿Este endeudamiento se usará para fines productivos? No. De cada peso que el Gobierno pida prestado el próximo año, sólo 61 centavos los destinará a proyectos de inversión. La regla de oro es que toda la deuda se use para fines productivos, pero está muy lejos de cumplirse.
¿Y el gasto para financiar derechos?
Dependencias y sectores clave para los ciudadanos no muestran aumentos significativos: educación se mantiene en 2.9% (1,120 mmdp), salud en 2.5% (966 mmdp) y seguridad nacional y policías en 0.5% del PIB (138 mmdp). Dichos sectores tendrán menos gasto que en años previos en términos reales.
Por su parte, la inversión en infraestructura proyectada para 2026 es 2.5% del PIB, 10% mayor que la cifra aprobada en 2025 pero menor al promedio de 3.1% del PIB observado entre 2013 y 2023. Esto pese a la inversión en trenes de pasajeros.
¿Qué pasará con los ingresos?
Hacienda prevé que la economía crezca 2.3% en 2026, aunque analistas privados como el Fondo Monetario Internacional esperan apenas 1.4%. Un crecimiento menor a lo proyectado, implica menos ingresos (y recortes inesperados). En 13 de los últimos 17 años, Hacienda ha calculado un crecimiento mayor al ocurrido realmente.
Aunque se anticipa una recaudación récord de 5.8 billones de pesos por la actualización de impuestos como el IEPS, los ingresos exclusivos del Gobierno federal no aumentarán. La razón es que una parte mayor de la renta petrolera se quedará en Pemex. En 2026, ésta retendrá 81% de estos recursos, dejando a la Federación con apenas 19%, la menor proporción en la historia.
2. Se propone un presupuesto por 10.1 billones de pesos, equivalente a 26.1% del PIB. No sólo es 5.9% (567.3 mmdp) mayor a lo aprobado para 2025, se trataría del segundo mayor presupuesto en los últimos 35 años.
3. Con ingresos de 22.5% del PIB y un gasto propuesto de 26.1%, el déficit presupuestario se estima en 3.6% del PIB. Al sumar las necesidades extrapresupuestarias, el déficit fiscal subiría a 4.1%, ligeramente menor al 4.3% esperado para el cierre de 2025, pero por encima del 3.9% aprobado para este año.
¿Son realistas los estimados macroeconómicos para 2026?
Respuesta rápida: Son poco realistas, en especial en materia de producción petrolera.
– Hacienda anticipa un crecimiento de 2.3% para 2026, pero analistas del sector privado y el FMI esperan igualmente uno de 1.4%. Los estimados de crecimiento económico de Hacienda se quedaron cortos en 13 ocasiones en los 17 años de 2008 a 2024. Menor crecimiento implica menos recaudación.
– Se estima una producción de petróleo de 1,794 miles de barriles diarios (mbd) para 2026, algo que no se ha conseguido desde 2023. Sin embargo, se anticipa un precio del petróleo aún menos favorable: 54.9 dólares por barril (dpb), inferior a los 63.6 dpb promediados a agosto de 2025.
¿Se espera un incremento importante en los ingresos del gobierno?
Respuesta rápida: Sí para los tributarios, pero no tanto para los petroleros.
– Los ingresos totales del Sector Público para 2026, según Hacienda, llegarán a 8.7 billones de pesos o 22.5 puntos del PIB. Esto es 4.6% más de lo aprobado para 2025. Pese al incremento esperado, los ingresos serán similares a los percibidos en 2022 (22.4% del PIB). Esta circunstancia limitará la expansión del gasto.
– Se estiman ingresos tributarios por 5.8 billones de pesos o 15.1 % del PIB para 2026, esto es 6.5% por arriba de lo aprobado para 2025. En contraparte, se esperan ingresos petroleros por 1.2 billones de pesos ó 3.1% del PIB, por debajo del promedio visto en los últimos 12 años, de 4.4% del PIB.
¿Y los ingresos específicos del Gobierno federal?
Respuesta rápida: Se quedarán estancados al nivel de 2017
– Los ingresos exclusivos de la Federación (sin contar lo que aporte Pemex, CFE o IMSS) serán de 16.7% del PIB, inferior a lo percibido en 2016, 2017 y 2020. Pese al aumento esperado del cobro de impuestos, la reducción de los ingresos petroleros limitará el crecimiento de estos recursos.
– La repartición de la renta petrolera en favor de Pemex se agravará en 2026. La empresa se quedará con 81% (2.5 puntos del PIB) de los ingresos, mientras que la Federación tendrá sólo 19% (0.6 puntos del PIB), la menor distribución histórica.
¿Qué dependencias y sectores tienen los mayores incrementos?
Respuesta rápida: Los Servicios de Salud IMSS Bienestar y la Sener.
– La Secretaría de Energía (Sener) es la dependencia ganadora con un incremento de 124.3 mmdp, equivalente a 86.9% en comparación con 2025, para mayores transferencias a Pemex.
– También destaca la creación del Ramo 56 Servicios de Salud IMSS Bienestar con un presupuesto de 172.4 mmdp. En realidad, no hay un aumento considerable, pues sus recursos estaban en 2025 en el Ramo 47 de Entidades No Sectorizadas.
¿Qué dependencias y sectores tienen los mayores recortes?
Respuesta rápida: Entidades No Sectorizadas y la SSPC
– Las Entidades No Sectorizadas presentaron un importante recorte tras la salida de su principal componente: los Servicios de Salud IMSS Bienestar, con una reducción de 95.3% (171.3 mmdp) respecto a 2025.
– La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) proyecta un recorte de 17.5% (12.7 mmdp) en comparación con 2025.
¿Crecerá la inversión del gobierno?
Respuesta rápida: Sí, pero quedará por debajo de lo observado en 2015
– La inversión física proyectada para 2026 es 2.5% del PIB, 10% mayor que la cifra aprobada en 2025, pero menor al promedio de 3.1% del PIB observado entre 2013 y 2023. Pese al incremento en el endeudamiento para el siguiente año, no hay un aumento equivalente en la inversión.
– El Tren México-Querétaro, AIFA-Pachuca y Querétaro-Irapuato, contarán con menos inversión que en 2025. El Tren Maya —proyecto de la administración pasada— contará con 30 mmdp.
¿Tendrán un mayor presupuesto las empresas públicas?
Respuesta rápida: Sí, pero no recuperan sus niveles previos
– Para Pemex se propone un gasto de 517 mmdp (1.3% del PIB), igual al de 2025 y el segundo menor desde el año 2000.
– Para el caso de la CFE se propone un presupuesto por 642 mmdp (1.7% del PIB), superior que 2025 (1.6% del PIB), pero inferior a lo observado en 2018 ó 2019 cuando se gastó hasta el 2.0% del PIB.
¿Qué tan responsable financieramente es el PEF 2026?
Respuesta rápida: Continúa en aumento el déficit, además de incumplirse la regla de oro
– El Gobierno propone un déficit de 1.59 billones de pesos (4.1% del PIB), ligeramente menor al esperado para 2025, pero aún por encima de lo aprobado para este año. Además, el pago de intereses de la deuda absorberá 1.56 (4.1% del PIB) billones de pesos, prácticamente la misma cantidad que el endeudamiento.
– La regla de oro del endeudamiento es que la inversión debe ser por lo menos igual a la deuda. Para 2026 por cada peso de endeudamiento sólo se gastarán 61 centavos en inversión, la tercera proporción más baja desde 2009. El resto se usará para financiar el gasto corriente.
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