Ya en la segunda mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las instituciones financieras internacionales siguen sin respaldar el plan de rescatar a Pemex y la política energética de la 4T, por el contrario, mantienen la advertencia de que está siendo un riesgo para las finanzas públicas, como manifestó recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El tema volvió a concentrar parte de las observaciones dentro de su reporte de análisis conocido como Capítulo IV, publicado en días recientes, donde hizo un llamado a replantear el plan energético y fiscal, a fin de impulsar la recuperación del país.
En medio de las discusiones por la reforma eléctrica, en donde López Obrador arremete con un duro discurso contra la reforma energética de Peña Nieto, que permitió la apertura del sector a privados, el FMI hace una recomendación que choca frontalmente con esta visión.
Para el fondo, las pérdidas de la petrolera se vuelven una «carga» para los contribuyentes, «desplazando otros usos más productivos de los recursos fiscales» y deja en claro que no apoya la estrategia de la 4T, pues desliza que los campos prioritarios para el gobierno no son rentables, así como tampoco lo son los panes de refinación, además de que sugiere la venta de activos no esenciales.
«La asociación con empresas privadas aprovecharía la experiencia especializada y ayudaría a administrar los costos (…). Cambiar el rumbo de la política energética mejoraría la competitividad y la inversión», puntualizó.
Agregó: «Los precios de la electricidad para las empresas se mantienen notablemente por encima de los de Estados Unidos y de muchos otros mercados emergentes. A pesar de estos altos costos, la confiabilidad del suministro de electricidad es una preocupación creciente. Aprovechar la amplia y diversa base de recursos de energía renovable de México, alentar la participación del sector privado en la generación de electricidad y distribución de hidrocarburos, y fortalecer la red eléctrica promovería un sector energético más barato, más confiable, sostenible y competitivo. Como se señaló anteriormente, es necesario reformar el plan de negocios de Pemex», dice el informe.
El análisis reconoce como un éxito del gobierno mexicano el que se haya logrado mantener estabilidad externa, financiera y fiscal durante la crisis económica, sin embargo, no desaprovechó esta condición para señalar que se cuenta con un espacio fiscal para buscar deuda y así, «limitar el costo humano».
Ese contexto se debe precisamente a que el gobierno no recurrió a deuda externa, un mandato de López Obrador que no fue desobedecido por su secretario de Hacienda y que, apuesta por mantener, de acuerdo con lo presentado en el Presupuesto para 2022. Una postura que ha generado reclamos ante la falta de adquirir mayores recursos en plena contracción económica.
En términos de recursos, el FMI recomienda un incremento al gasto de 1.5% para 2022, en concreto focalizado en educación y salud, mientras que el 0.5% restante debe enfocarse en estrategias que ayuden a abatir la pobreza.
Estas recomendaciones van de la mano con el llamado a realizar una reforma fiscal que se implemente gradualmente en el mediano plazo. En esta ruta, el fondo ve como primordial dos medidas: limitar el creciente gasto en pensiones y replantear la política energética.
There is no ads to display, Please add some
