Murió Luis H. Álvarez; empresario, político, demócrata

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Conocido por su incansable lucha política, el panista falleció a los 96 años en la ciudad de León, Guanajuato; en 1956 y 1985 encabezó históricas marchas por la democracia

CIUDAD DE MÉXICO. Luis H. Álvarez murió ayer a los 96 años en León, Guanajuato, ciudad en la que vivía desde octubre de 2015, tras la muerte de su esposa, Blanca Magrassi.

El político originario de Camargo, Chihuahua, fue líder moral del PAN, consejero vitalicio de su partido, pensador, funcionario de gobierno, legislador y demócrata.

El deceso del también excandidato presidencial panista fue anunciado ayer por el expresidente Felipe Calderón.

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A la par de su carrera política, a la que llegó invitado por Manuel Gómez Morin, se desempeñó como empresario textil, agrícola y ganadero.

En 1956 encabezó una caravana por la democracia, de Chihuahua a la Ciudad de México. De cara a las elecciones estatales de 1986, un año antes hizo una marcha de Chihuahua a Querétaro en protesta por reformas a la ley electoral.

Luis H. Álvarez también es recordado por su heroica huelga de hambre de 41 días, en protesta por el fraude electoral de 1986 en Chihuahua.

Fue dirigente nacional del PAN de 1987 a 1993; bajo su liderazgo el partido obtuvo sus primeras victorias en las gubernaturas de Baja California, en 1989, y en Chihuahua, en 1992.

También con su dirigencia el PAN se convirtió en un actor protagónico en las reformas electorales que permitieron la transición a la democracia en México, entre ellas la que llevó a la creación del Instituto Federal Electoral (IFE), en 1989.

En 1994, siendo senador, presidió la Comisión de Concordia y Pacificación para Chiapas hasta el año 2000, y fue comisionado para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, de 2006 a 2009.

Murió Luis H. Álvarez,   pilar de la democracia

Fue candidato presidencial y al gobierno de su natal Chihuahua.

Don Luis H. Álvarez, líder moral del PAN, consejero vitalicio del partido, pensador, funcionario de gobierno, legislador y demócrata incansable que en 1956 inició desde su natal Chihuahua hasta la Ciudad de México una caravana en favor de la democracia, murió ayer a las 18:15 horas a los 96 años en León, Guanajuato.

Sus restos serán cremados y llevados a Chihuahua, estado de donde es originario.

El martes por la tarde había ingresado al Hospital Ángeles de León a causa de una molestia respiratoria, pero tuvo que pasar la noche hospitalizado porque le fue detectada una neumonía.

Eran ya las 9 de la noche y la recepción del hospital lucía vacía. Solamente se encontraba ahí la nieta del luchador social, Blanca Margarita Pérez Álvarez, quien solamente era acompañada por el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, y su esposa, María Eugenia Carreño.

El deceso fue anunciado por el expresidente Felipe Calderón y después por otras figuras del partido como el exsenador Diego Fernández de Cevallos.

El Jefe Diego, por su parte, destacó que Álvarez murió dando la cara por la ciudadanía “contra los poderosos”, además de resaltar su amor por las comunidades indígenas.

Don Luis nació en Camargo, Chihuahua, el 25 de octubre de 1919, se acercó al PAN por invitación de su fundador, Manuel Gómez Morin. A la par, fue un empresario de las industrias textil, agrícola y ganadera.

Luis Héctor Álvarez en 1956 fue candidato a gobernador en Chihuahua. Dos años más tarde, en 1958, abanderado del PAN a la Presidencia de la República. Fue hasta 1983 cuando con su lucha democrática ganó la alcaldía de Chihuahua, cargo que ocupó hasta 1986.

En 1956 encabezó la histórica caravana por la democracia de Chihuahua a la Ciudad de México, luego de que no fue reconocida su victoria para la gubernatura de la entidad. Treinta años más tarde organizó otra marcha de Chihuahua a Querétaro. Y también se le recuerda  por su heroica huelga de hambre de más de 40 días en protesta por el fraude electoral de 1986 también en su estado natal. 

En 1987, el Consejo Nacional del PAN lo eligió como presidente del partido, donde estuvo al frente hasta 1993.

Bajo su liderazgo, el PAN obtuvo el reconocimiento de sus primeras victorias en las gubernaturas de Baja California (1989) y Chihuahua (1992).

Bajo el liderazgo de Álvarez, Acción Nacional se convirtió en un actor protagónico en las reformas electorales que permitieron la transición a la democracia en México, entre ellas la que llevó a la creación del Instituto Federal Electoral (IFE) en 1989.

Las batallas emprendidas por Don Luis forman parte del ideario común panista para defender la democracia y la consolidación del partido como una fuerza política con vocación de poder.

Pero, también, voces críticas en el partido lo acusaron en la década de los años 80, de haber olvidado la doctrina del PAN y haberlo entregado a los neopanistas, tales como Manuel J. Clouthier, candidato presidencial del partido en 1988, y Vicente Fox, quien ganó la Presidencia de la República en 2000.

Los detractores de Álvarez lo señalaron sobre todo por  haberse aliado y otorgado respaldo y legitimidad al gobierno de Carlos Salinas de Gortari, lo que condujo a una fractura al interior de Acción Nacional que terminó con la salida de dirigentes históricos agrupados en el llamado “Foro Doctrinario”.

Entre los panistas que abandonaron las filas del partido durante el liderazgo de Don Luis destacaron Pablo Emilio Madero, Jesús González Schmal, José González Torres y Bernardo Bátiz.

En 1994 como senador formó parte de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), para Chiapas hasta el año 2000 y fue Comisionado para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (2006-2009).

Reconocido en 2010 con la medalla Belisario Domínguez por el Senado, Álvarez fue siempre un factor de unidad, de consulta y de referente ideológico del PAN.

Fue candidato de su partido a la Presidencia de la República en 1958.

Panistas rinden tributo al maestro

Luis H. Álvarez perteneció a una generación de mexicanos que luchó por la democratización de México “a puro golpe de resistencia a un Estado represor e intolerante con los opositores”, aseguró el exsenador Alejandro González Alcocer, quien es hijo de uno de los fundadores del PAN y conoció a Don Luis desde hace décadas.

“Sin duda la lucha de Don Luis H. Álvarez contribuyó mucho para el avance democrático de este país. Él enfrentó a un régimen autoritario, terriblemente persecutor; su lucha ayudó a mucho a superar esa dictadura, pero aunque han quedado atrás muchos de esos excesos, sin duda todavía hay pendientes para lograr una democracia plena en el país y esa es tarea de quienes ahora desarrollan política”, dijo.

Francisco Barrio, exgobernador del estado de Chihuahua, dijo que a él le tocó ver cómo gozaba del respeto de propios y extraños: “Era un santón en el PAN, había una veneración absoluta en el PAN por él. Pero en los gobierno priistas, veía que se le trataba con bastante respeto y si hablamos de la izquierda, bueno, recuerdo la relación que tuvo con Heberto Castillo, a mí me parecía como un referente de que así se debía tratar a figuras de alto nivel de la política”.

Por su parte, la cúpula del Partido Acción Nacional lamentó el deceso de quien fuera líder moral del partido: “Nos ha dejado uno de los más grandes panistas de la historia, Don Luis H. Álvarez, incansable demócrata y luchador de las causas sociales”.

El panista Santiago Creel también compartió sus condolencias: “Con tristeza me entero del fallecimiento de un gran mexicano, Don Luis H. Álvarez, descanse en paz”

Por su parte, el expresidente Vicente Fox Quesada tuiteó: “Viva don Luis¡¡¡ Mi padrino político, mentor, mi ejemplo mi héroe. Viva por siempre”.

Legisladores de Acción Nacional mostraron su pesar, como la senadora Marcela Torres Peimbert: “Fue un hombre congruente en lo público y en lo privado”.

El expresidentes del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, aseveró que a Luis H. Álvarez se le debe recordar, más allá de la huelga de hambre que hizo y de su papel en la presidencia de Acción Nacional, como un constructor de la democracia en México y un gran ejemplo para la clase política, “que necesita de honradez sin esperar nada a cambio”.

“Es una gran ejemplo para hoy que nuestra democracia necesita ser de nuevo limpiada y pulida”, comentó.

Javier Corral, candidato del PAN a la gubernatura de Chihuahua, se comprometió a ganar, a manera de tributo, las elecciones en ese estado, tierra natal de Álvarez.

El senador Héctor Larios valoró la figura de Luis Héctor Álvarez como hombre de estado: “Gran hombre que dedicó toda su vida a construir un país de instituciones”.

Cárdenas y Zambrano lamentan

Cuauhtémoc Cárdenas, experredista y excandidato presidencial, lamentó el fallecimiento de Don Luis H. Álvarez.

“Siempre hace falta gente que se preocupe por México y en esto, tuvimos puntos de vista distintos y vimos las cosas en muchos casos opuestas, pero siempre hubo respeto a las decisiones”, dijo.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, destacó que fue de los pioneros en la lucha por la democracia y la alternancia que abrieron los espacios de libertades políticas.

Sus tres legados

Laura Rojas* / Especial

Don Luis H. Álvarez fue un mexicano fuera de serie, de los que han construido la patria que nos dejó al menos tres legados. El primero es el de la construcción de la democracia en México. Todo mundo recuerda su campaña por la Presidencia de la República en 1958 como una que, como nunca, logró generar para el PAN muchísimos simpatizantes. La histórica huelga de hambre de 1986 para denunciar el fraude electoral hecho a Francisco Barrio y los atropellos del gobierno federal a los municipios sacudió al país. Ese testimonio despertó la conciencia e indignación de miles y fue sin duda una de las semillas de la alternancia en el país.

Su llegada a la dirigencia de Acción Nacional en 1997 representó un cambio radical en la forma de enfrentarse al régimen autoritario y de partido único de aquella época. Don Luis introdujo la técnica de la resistencia civil pacífica a la lucha electoral, lo cual abrió el camino a la transición pactada en México. Ese es su segundo legado.

El tercero tiene que ver con su concepto de ciudadanía. Para él un ciudadano verdadero no puede desentenderse de la política. Don Luis fue un político congruente, valiente y honrado que cumplió con su responsabilidad cívica a través de una siempre digna militancia partidista. Su ejemplo de vida, en estos tiempos de uso y abuso del poder, debe ser especialmente reconocida.

*Senadora panista. Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores.


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