Como uno de sus primeros actos al frente del PAN, Ricardo Anaya presentó una propuesta anticorrupción que, después del tema del aumento al salario mínimo, representa otro intento por alzar una bandera social y abonar el terreno electoral conforme se acerque el 2015.
La propuesta está conformada por seis ejes:
– Creación de un Consejo Nacional en el que participan todos los órganos públicos que intervienen en el sistema, así como una amplia representación ciudadana.
– Un Comité Ciudadano para la Ética Pública, integrado por ciudadanos de reconocido prestigio en materia de combate a la corrupción.
– Fortalecimiento de la Secretaría de la Función Pública en materia de auditoría e investigación y que el titular sea ratificado por el Senado de la República.
– En materia de control externo, proponen que sean dos órganos, absolutamente independientes del Poder Ejecutivo, la Auditoría Superior de la Federación y la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
– Retirar la facultad de sanción a las contralorías que dependen de los Presidentes municipales, Gobernadores y Presidente de la República.
– Reproducir el sistema en el ámbito local de los Estados y los Municipios, donde también son altísimos los niveles de corrupción.
El principal argumento presentado, es el relativo al costo de la corrupción en nuestro país, con cifras que se vienen manejando desde 2012, por lo que se ve que para armar la propuesta recurrieron a Google y no a los trabajos de sus asesores —¿o será que los asesores fueron los que recurrieron al buscador?—, repitiendo los números que en su momento presentó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, el cual calculó en “cerca de 1.5 billones de pesos el costo de la corrupción en México. El organismo demandó a candidatos presidenciales y legisladores mayor compromiso para erradicarla, ya que en estos casos la impunidad alcanza niveles de 98%”. (17 de abril de 2012)
También se pudo utilizar otras fuentes, pues “La corrupción es una práctica que se mantiene por las fallas e ineficiencias de los gobiernos, y su costo en México equivale a 9 por ciento del producto interno bruto mientras las empresas erogan hasta 10 por ciento de sus ingresos en sobornos, aseguraron directivos empresariales y del Foro Económico Mundial (FEM)”. (13 de abril de 2010)
Aunque de acuerdo a Edna Jaime, “No tenemos una estimación certera de lo que nos cuesta la corrupción en el país. Pueden ser varios puntos porcentuales del Producto Interno Bruto, puede ser calidad de vida y oportunidades desaprovechadas. También vidas humanas que se han perdido ante la incapacidad de la autoridad de ofrecer lo básico para su protección: desde servicios de salud accesibles y de calidad, hasta cuerpos de seguridad con las capacidades de contener el crimen. La corrupción a gran escala, como se presume ocurre en el país, tiene un impacto directo en los resultados de las políticas públicas y en nuestras vidas. Por eso, debemos desacostumbrarnos a vivir con ella”.
La propuesta panista, si bien se agradece, va camino —de acuerdo a versiones periodísticas— a una mesa de negociación con legisladores, por lo que no quedará como se dio a conocer esta semana.
Sería interesante que el PAN hubiera incluido mecanismos para terminar con la corrupción dentro de los partidos, como alguna vez señalara Juan José Rodríguez Prats, así como en otros organismos en los que se presenta este cáncer como instituciones educativas o sindicatos.
Otra critica, tiene que ver con la renuncia a una actividad fundamental en el diseño del partido: ser escuela de ciudadanía, pues si en verdad se quiere atacar el fenómeno de la corrupción, ciudadanos intolerantes a este tipo de actos serían los mejores aliados, aunque quizá sea mejor exigir que se cumpla la ley sin excepción —y sin crear más burocracia— para que los que desean realizar alguna acción corrupta lo piensen dos veces, igualito a como sucede en Estados Unidos con nuestros compatriotas que cruzan el río, se instalan allá y se vuelven ciudadanos modelos. ¿Es mucho pedir?
Guerrero o la piedrota en el zapato de todos los partidos
Guerrero no encontrará solución a sus múltiples problemas, en tanto todos los partidos no reconozcan que contribuyeron a la situación que se vive hoy en día, pues Ángel Aguirre —quien ya pidió licencia, afortunadamente—, fue priísta, ganó postulado por el PRD-PT-MC con la ayuda del PAN y una declinación de última hora.
Sobre esto último, abundaremos al lunes, no se lo pierdan.
Y mientras tanto en el frente interno guerrerense
Si bien el PAN se había mantenido al margen del caos que representa Guerrero en el panorama político nacional, la muerte de Braulio Zaragoza Maganda lo acercó a un nuevo escándalo, sobre todo con la información de que el móvil del asesinato fue político y ejecutado por militantes en busca de candidaturas, algunos de ellos señalados por otro crimen: el del diputado local Jorge Bajos Valverde en 2007.
Sigue Margarita
Margarita Zavala continúa su proyecto con miras al 2015, ahora concedió una entrevista a El Universal, en la que resalta su afirmación de que ella y su marido pueden, tranquilamente, salir a la calle a caminar.
La otra Margarita
Nuevo León puede convertirse en un dolor de cabeza para el PAN, pues la “mesa” que se puso para arreglar las diferencias entre los grupos que luchan por las candidaturas, se complica conforme pasa el tiempo, afectando a Margarita Arellanes, la principal figura para buscar la gubernatura el año que entra. Y es que en esta situación aplica el chiste de porque allá comen “cabrito”: el pez grande se come al chico.
Buen fin de semana.
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