El sistema financiero mexicano se mantiene «sólido y resiliente» a pesar de los desafíos económicos y geopolíticos globales, según el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) en su sexagésima sesión ordinaria, celebrada el 23 de junio. Esta es la principal conclusión de su más reciente balance de riesgos, que actualiza el panorama ante la compleja coyuntura actual.
El Consejo, integrado por altos funcionarios de Hacienda, Banco de México y otras instituciones reguladoras, destacó que la banca comercial cuenta con niveles de capital y liquidez que «cumplen con holgura los requerimientos mínimos regulatorios». Además, se informó que la intermediación financiera no bancaria del país, aunque con algunas vulnerabilidades individuales, no representa un riesgo sistémico para la estabilidad. Esto se debe a su limitada participación en el sistema y a su baja interconexión directa con otros intermediarios financieros, incluida la banca. Sin embargo, las autoridades competentes seguirán monitoreando a estas instituciones.
A nivel global, la actividad económica se expandió a un ritmo similar a inicios de año en el segundo trimestre de 2025, aunque con diferencias entre economías avanzadas y emergentes. Los flujos de comercio internacional muestran una moderación reciente. La incertidumbre persiste debido a las tensiones comerciales y conflictos geopolíticos, lo que anticipa una desaceleración económica mundial más moderada de lo previsto para 2025 y 2026. La inflación ha disminuido en la mayoría de las principales economías avanzadas y emergentes en lo que va de 2025. Muchos bancos centrales han reducido sus tasas de política monetaria desde la última sesión del Consejo, aunque la Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo su tasa sin cambios en mayo y junio, entre 4.25 y 4.5 por ciento.
Los mercados financieros globales han experimentado volatilidad debido a políticas comerciales, incertidumbre sobre la actividad económica mundial y estadounidense, y el recrudecimiento de tensiones geopolíticas. A pesar de esto, se estima que las condiciones financieras globales podrían relajarse en el segundo trimestre, aunque las tasas a largo plazo se mantendrán elevadas. Los riesgos globales que podrían afectar la estabilidad financiera incluyen una desaceleración económica mundial mayor a la prevista o prolongada, nuevas presiones inflacionarias que limiten el relajamiento monetario, y sorpresas en las condiciones financieras globales debido a la alta incertidumbre económica, financiera, política y geopolítica.
En México, los mercados financieros locales han mantenido un comportamiento ordenado, con una volatilidad y fluctuaciones de precios de activos «relativamente moderadas». El peso mexicano se apreció poco más de 6% frente al dólar desde la última sesión del Consejo. Las tasas de interés de los valores gubernamentales disminuyeron, principalmente en el corto plazo, y los principales índices bursátiles aumentaron alrededor de 5%.
La actividad económica nacional creció a un ritmo bajo en el segundo trimestre, y el complejo contexto internacional presenta importantes riesgos a la baja. La calificación crediticia soberana de México mantiene el grado de inversión por parte de todas las agencias, y una de ellas la ratificó recientemente. Sin embargo, algunas agencias han señalado retos para la economía mexicana, destacando los relacionados con la política comercial de Estados Unidos.
La Encuesta de Percepción de Riesgo Sistémico del primer semestre de 2025 reveló que el principal riesgo financiero percibido por los intermediarios es el deterioro de las perspectivas de crecimiento económico, tanto global como nacional. La categoría de riesgos no financieros más mencionada fue la política, geopolítica y social. El Consejo reiteró su compromiso de dar seguimiento a la evolución del sistema financiero para garantizar su estabilidad y correcto funcionamiento.
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