La confianza del consumidor en México se mantiene estable, pero muestra una combinación de señales contradictorias que revelan la cautela de los hogares mexicanos. Según un análisis de la firma TResearch International con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 45.9 puntos en julio de 2025, prácticamente el mismo nivel que el mes anterior.
A pesar de esta estabilidad general, los resultados presentan un panorama complejo. Por un lado, los mexicanos tienen una visión económica menos optimista que el año pasado, pero por otro, demuestran un histórico deseo de adquirir bienes y un creciente hábito de ahorro. El estudio subraya que esta estabilidad en la confianza es un indicativo de cautela por parte de los hogares ante el entorno económico actual.
La percepción de la situación económica actual de los hogares comparada con la del año pasado registró un ligero retroceso, situándose en 51.8 puntos en julio. De forma similar, las expectativas a futuro también cedieron terreno: el indicador que mide las previsiones de la economía para los próximos 12 meses descendió a 57.4 puntos, un punto menos que en el mismo mes de 2024.
Sin embargo, en un giro paradójico, la disposición de los hogares para comprar bienes de consumo duradero —como electrodomésticos, muebles y automóviles— alcanzó su nivel más alto en dos décadas. Este indicador se disparó a 32.0 puntos, mostrando una mayor disposición de los mexicanos para realizar estas adquisiciones.
Otro hallazgo notable del análisis de TResearch es el comportamiento de ahorro. Los datos indican que tanto el ahorro actual como la expectativa de ahorro a futuro se encuentran en niveles históricamente altos. Actualmente, el 40.7% de los mexicanos ahorra, y el 52.8% prevé hacerlo en los próximos 12 meses, lo que refuerza la idea de una sociedad que, si bien está dispuesta a consumir, también prioriza la precaución financiera.
Este conjunto de datos, extraídos de la encuesta de INEGI, revela una doble faceta en la mentalidad del consumidor mexicano: por un lado, una visión moderada sobre el panorama económico, especialmente a futuro, y por otro, una disposición a gastar y a ahorrar simultáneamente. El reporte de TResearch International se convierte así en una brújula crucial para entender el pulso de la economía familiar, y refleja que la población está optando por un equilibrio entre el consumo y la prudencia financiera.
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