Una vez resuelta, aunque sea en forma negativa, la aduana electoral de 2015, el PAN se apresta a definir a su dirigencia nacional el próximo 16 de agosto. Como ha venido sucediendo en las dos últimas ocasiones en que se renovó la presidencia del Partido, el grupo que controla la estructura presentará a un candidato, en tanto que la oposición, dubitativa y dividida, pretende que el elegido por los caciques azules no llegue solo y, quizá, arrancarle unas pocas concesiones.
Elección pintada de azul
Lejos quedaron los tiempos en que Acción Nacional tenía contiendas internas en las que el debate acerca de proyectos de Partido y discursos que buscaban convencer a los consejeros eran la norma para renovar la jefatura nacional blanquiazul. Con el pretexto de abrir el partido a la participación ciudadana, se reformaron los Estatutos en 2013 para que el Presidente del PAN fuera elegido por medio del voto directo de la militancia.
Esto se hizo sin considerar las diversas acusaciones y denuncias que se han hecho acerca de la forma en que los procesos de afiliación se han pervertido, pues en la actualidad sólo sirven para generar clientelas para líderes de grupos en los estados, lo que les permite amarrar candidaturas y dirigencias estatales para ellos mismos. Prueba de esto, es una auditoria que se hizo al padrón de militantes en la Delegación Benito Juárez después de las elecciones de 2012, en las que se encontró a personas que estaban afiliadas sin su consentimiento o a varios militantes que compartían un mismo domicilio –que resultó ser un local comercial–, aunque no vivieran en ese lugar.
Asimismo, en este mismo espacio relatamos las irregularidades en padrones como el de la Delegación Cuauhtémoc, en el que varios individuos se afiliaron en la misma fecha, con el mismo servicio de correo electrónico –servicio desechable, vale remarcarlo– y utilizando el mismo patrón para definir su usuario de correo.
Este tema influyó –quizá no de manera determinante, pero si importante– en la decisión de Margarita Zavala Gómez del Campo para no buscar competir por la Presidencia azul y sí, dadas las perspectivas de éxito que tuvieron los candidatos ciudadanos, para la candidatura presidencial en 2018.
La decisión anterior motivo en algunos panistas que no comulgan con las ideas y las prácticas de los grupos dominantes en el partido, además de pesimismo, la idea de que Ricardo Anaya –candidato de los maderistas y de Rafael Moreno Valle– no debía ir solo a la elección del nuevo dirigente blanquiazul.
El planteamiento de quienes se congregan en torno al proyecto +PAN, es buscar representar una oposición que logre, vía la participación, modificar aunque sea de manera reducida algunos puntos del marco normativo que rige el proceso de elección interno, así como tener mayor representación en los órganos de dirección partidista, esto debido a que como presidente del Partido, Gustavo Madero ha hecho a un lado a quienes no comparten sus formas de hacer política y ha tomado decisiones sin contar con representantes de otras corrientes internas azules.
Es en ese sentido que se presenta la candidatura de Juan José Rodríguez Prats a la dirigencia nacional, a la par que se buscará depurar el padrón, que se conforme una Comisión de Elecciones –instancia encargada de organizar el proceso interno– con exgobernadores para garantizar imparcialidad en la elección del nuevo presidente del Partido e incluir a algunos de sus representantes en el nuevo CEN y en la Comisión Permanente.
Si bien sus integrantes saben que es una carrera dispareja, por la forma en que la “onda grupera” se ha insertado en el Partido, no desean que un camino despejado vuelva irreversibles este tipo de prácticas que, en su opinión, han cambiado la cara del panismo.
Las malas noticias para el grupo, es que también han manifestado sus intenciones de competir Javier Corral –principal impulsor de la medida para elegir al dirigente nacional por el voto directo de los militantes y definido por muchos panistas como alguien “fiel a sí mismo”– y Francisco Ramírez Acuña, exgobernador de Jalisco y exsecretario de Gobernación en el sexenio calderonista.
Si la apuesta es a congregar a quienes no están de acuerdo con el estado de cosas al interior del PAN, mal empieza la carrera al no unificar candidaturas a menos de dos meses de la elección interna. Seguiremos de cerca el proceso.
Migajas
En entrevista para Sin Embargo, el exgobernador de Chihuahua, Francisco Barrio lamentó que muchos militantes panistas sean “gente sin escrupulos”.
Llamativa la versión de que la esposa del Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, Ericka Alonso, podría hacer fórmula con Ricardo Anaya para la presidencia del Partido, como secretaria general, al menos se esperaría que cuidaran un poco las formas.
Si al interior del panismo no se tiene una opinión de Ricardo Anaya muy positiva, por no decir pésima, entre columnistas mucho menos, como lo expresó –a manera de ejemplo– Ricardo Alemán en su columna.
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