La precampaña y la campaña para elegir candidato presidencial de Morena dio el primer aviso de la pelea interna que se estaba desarrollando en Morena, algo que provocó la protesta de la en ese momento aspirante Claudia Sheinbaum al presidente del Consejo Nacional Alfonso Durazo.
Marcelo Ebrard se quejó de que no era una competencia pareja y acusó a Sheinbaum de algunas irregularidaes, incluso pidiendo que se anulara su candidatura, clamando que «si esas diferentes circunstancias que se dieron (…) se quedan igual, yo ya no tendría interés en estar en Morena».
La representante de Ebrard, Malu Micher, declararía en ese contexto: «exponemos la preocupación de cómo personal de la secretaría difunde los apoyos y hace propaganda de Claudia y solicitamos una investigación», acusando a la secretaría de Bienestar de apoyar a la exjefa de gobierno.
La propia Claudia Sheinbaum se quejaría de haber sido agredida por simpatizantes de su adversario.
Una revisión por la prensa de los estados del país nos muestra que hay peleas entre distintos grupos que se han formado al interior de Morena, incluso llegando al extremo de insultarse o boicotear eventos en los que participa alguno de sus adversarios.
Otro episodio se vio cuando fundadores de Morena acusaron al entonces dirigente nacional del partido Mario Delgado de abrir la puerta a exmilitantes del PRIAN para darles candidaturas, algo que después la propia Claudia Sheinbaum justificó al decir que las nuevas incorporaciones ganan elecciones.
Pero el triunfo del 2 de junio ocultó estas diferencias internas, pero no tardaron en volver a la carga los morenistas contra otros morenistas, como se evidenció cuando Adán Augusto López Hernández, coordinador de la bancada guinda en el Senado, acusó de varias irregularidades al coordinador de los diputados federales de su propio partido, Ricardo Monreal, además de decir que habría investigaciones.
Hay que agregar a este recuento las versiones de que Sheinbaum va a presionar para que cambien los coordinadores legislativos de su partido en el Congreso, pues sus pugnas han afectado su gobierno.
Y es que Morena, como sucedió en el PRD, se ha fragmentado en tribus que se pelean por todo, ya sea por candidaturas, posiciones en los gobiernos que tienen, comisiones legislativas y presupuestos, golpeando a sus adversarios internos.
Como las candidaturas son las más codiciadas, se espera que tanto en el año que viene como en 2026 y 2027 veamos como se afilan cuchillos para pelear por quedarse con todas las que se pueda.
Mientras tanto, los problemas del país pueden esperar pues lo principal es pelear por retener el poder, pues para eso ganaron y por eso votaron, por quitarles privilegios a los que antes estaban y acapararlos ellos, no importando si son los mismos que antes militaban en el PRIAN.
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