La “victoria” cultural

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Carlos Castillo Peraza sentenció, en la década de los 90, que si como partido “ no has tenido la victoria cultural, la victoria política es efímera y vana, porque finalmente el poder político se desbarata”. Castillo fue autor del término que ha sido utilizado por los militantes panistas para explicar la forma en que “tus enemigos (PRI y gobierno), los que te caricaturizaron, dicen Estado de derecho, democracia, agarran los principios y los leen en público…”, una forma de expresar que la lucha del Partido Acción Nacional, al fin, había rendido frutos. A la luz de lo que ha sucedido recientemente, y que abundaremos en este espacio, parece que la victoria cultural se ha convertido en simple anécdota.

Por nosotros mismos

Además de las renuncias que se han presentado en fechas recientes y el divisionismo interno que aqueja al Partido, Acción Nacional enfrenta otra serie de problemas que los pone del lado de los demás institutos políticos y lejos del ideario que los fundadores diseñaron en 1939, eso que hacía del PAN una opción diferente a las demás.

Quizá fue Castillo Peraza quien mejor lo explicó cuando señaló aquello de la importancia de apostar “por nosotros mismos”. En su discurso del 18 de marzo de 1995, con motivo de la XVI Asamblea Nacional Ordinaria, apuntó la necesidad de que, como partido, “mantengamos la apuesta por nosotros mismos”, pero particularmente, “cuidemos también al partido, ya que es el instrumento que elegimos libremente para cuidar al país. No apostemos a la catástrofe, a la ingobernabilidad, a la violencia o a la venganza como rutas para llegar al Poder, porque tales caminos han llevado históricamente a los autoritarismos”.

En contraste con la argumentación anterior, en la actualidad no se cuida al Partido pues hay una falta de líderes que atraigan a nuevos votantes o a ciudadanos que libremente se afilien al partido, o al menos que lo hagan sin los incentivos que otorga la “onda grupera “.

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Castillo Peraza pidió, en la Asamblea mencionada, “construyamos cada día la fuerza unida, capacitada, adiestrada, formada, coherente, serena, responsable, democrática, lista para asumir en cualquier momento responsabilidades mayores”. Poco de lo anterior se demuestra en distintas acciones que han tenido lugar en los últimos meses.

La ambición al buscar una nueva posición en cada comicio, con el argumento que se trata de una carrera política, pero sin la responsabilidad de dar resultados y conducirse con ética, una de las banderas históricas del Partido, hace que la tasa de retención de los gobiernos municipales panistas esté por debajo del 30% en promedio, lo que da cuenta en dónde se encuentra el déficit. Y no hablemos del desprestigio que han ganado panistas en el pasado reciente, con episodios como los “moches”, Villa Balboa o Brasil, lo cual no es obstáculo para buscar una nueva posición.

Y ante esto, la respuesta panista es aludir a una campaña de desprestigio o clamar que no se prometió contar con santos en sus filas, olvidando que se esperaba un poco más, una actitud distinta de los herederos de los fundadores. La decepción también aleja al votante de las casillas.

La desconexión con la ciudadanía, rasgo que comparten con los demás institutos políticos, es notoria al momento de realizar una campaña que, como todas las demás, genera rechazo en amplios sectores sociales, sin ver lo que sucede no sólo en el país sino en otras partes del mundo, como lo ejemplifica Podemos en España o Syriza en Grecia, movimientos que intentan dar cauce a demandas de ciudadanas. Aquí, se siguen repitiendo los mismos discursos acerca de que se va crecer electoralmente en junio o que el triunfo está cerca.

No hay “apuesta por nosotros mismos” en la falta de candidatos en zonas como Iztapalapa o en Guerrero, en contraste con la cantidad que pelean una posición en las listas plurinominales. El mal ejemplo viene desde arriba.
De igual forma, hay escasez de banderas que reflejen las necesidades ciudadanas, pues a excepción del Sistema Nacional Anticorrupción, el PAN no ha presentado nuevas opciones.

Dicen, al interior del PAN, que las renuncias o los escándalos que se presentan en medios no son exclusivos del blanquiazul, pero olvidan que precisamente ese el punto central de la crítica, que con el paso del tiempo, Acción Nacional terminó dejando de lado la “apuesta por nosotros mismos” para parecerse más a otros partidos. La opción distinguible que se basaba en la ética política y otros valores, que hicieron que Castillo Peraza declarara como victoria cultural el trabajo de décadas de militantes panistas, ha quedado reducida a una simple anécdota.

Migajas
Al menos, ya se están poniendo las pilas en el PAN y mostrándose como oposición, con la crítica hacia el reparto de televisores con motivo del apagón analógico en momentos electorales.

Aunque luego trató de corregir, el secretario general del CEN, José Isabel Trejo, puso en la lista de futuros candidatos presidenciales del Partido a su jefe, Gustavo Madero.

Siguiendo con las acciones que le acarrean críticas al Partido, se encuentra la posibilidad de que uno de los llamados “panistas cachondos” que estuvo preso en Brasil, pueda ser postulado candidato a diputado.


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