La derrota de México en un panel comercial que solicitaron Estados Unidos y Canadá por el decreto que prohíbe la siembre e importación de maíz geneticamente modificado, ha provocado que la secta de la 4T –que se basa en actos de fe, fanatismo y creencias sin comprobación científica– ataque de nuevo y se lance en contra de la medida.
Sus únicos argumentos –si se les puede llamar como tal– son frases en la que dicen defender la soberanía alimentaria y que dichas semillas son dañinas para la salud, lo que numerosos estudios científicos han desmentido a lo largo de los años.
Al frente de la ofensiva se encuentra la exdirectora del Conacyt, María Elena Álvarez Bullya, quien asegura que en el panel no se tomaron en cuenta las evidencias disque científicas que presentó México, a lo que especialistas que han revisado el tema señalan que eso no es cierto.
Pero en redes sociales ya inició una campaña para atacar a todo aquel que mencione que el maíz geneticamente modificado no es dañino para la salud, que es preferible por el rendimiento en las cosechas que brinda y porque es una posibilidad para que los campesinos mexicanos obtengan más ingresos y puedan salir de la pobreza.
Esta campaña utiliza cuentas que se hacen pasar como científicos que tratan de rebatir los argumentos de quienes defienden el avance científico en la agricultura, pero recurriendo a frases que no dejan lugar a dudas de su falta de verdaderos argumentos y su ceguera a causa de la ideología que profesan.
Las presunta doctora sin apellidos prefiere que Vandana Shiva, la asesina de Sri Lanka, su discípula Álvarez-Buylla-Lysenko y gente del alto nivel científico de Ricardo Monreal impongan a los campesinos mexicanos qué maíz producir. Si salen de pobres luego van a querer escuelas,… https://t.co/ecDmijLsV1
— Mauricio Schwarz🇺🇦🇬🇪 izquierda y conocimiento (@elnocturno) December 23, 2024
Es lamentable que se siga condenando a los mexicanos al atraso por cuestiones ideológicas, de personas que profesan una ideología y que sólo actúan como fanáticos sin considerar imparcialmente cualquier evidencia científica, pero eso sí, denunciando supuestos intereses comerciales que no han podido probar o alegando su odio en contra de Estados Unidos.
Por eso a Álvarez Bullya se le compara con el fanático sovíetoco Lysenko, que provocó la muerte de científicos y el atraso del campo de la extina URSS en la época de Stalin, algo que los siguientes dirigentes de dicha nación lamentaron y denunciaron en su momento.
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