La Rebelión que se convirtió en Esperanza

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Estoy convencido que contra la corrupción hay que empezar desde casa.

El próximo domingo 16 de agosto se celebrará la elección para elegir al nuevo Presidente Nacional del PAN y a los integrantes del CEN. Podrán participar todos los miembros activos, y concurrirán aquellos a los que les interese, no sólo el futuro de Acción Nacional, sino de México. Recuperar al PAN para la democracia está en el mayor interés de la Nación.

De frente al ultimo tramo de una campaña intensa, la experiencia resulta enriquecedora, traigo las alforjas llenas. He visto como la corrupción ha languidecido la fe de muchos compañeros, pero también el espíritu inquebrantable que no cede ante chantajes o intimidaciones. Junto con una reducida comitiva que me acompaña en esta maravillosa aventura, hemos visto el contraste doloroso por un lado, y esperanzador por el otro, de la peor y la mejor cara del PAN. El cuerpo dolorido, pero el alma viva. El PAN tiene alma, y debemos recordar -con Jacques Maritaín-, que en medio de la adversidad, sólo resiste, persiste y subsiste lo que tiene alma.

En esa dimensión y tras el debate entre Anaya y un servidor, nuestra rebelión de las bases se convirtió en una rebelión de esperanza. Miles de panistas saben y sienten que estamos construyendo la gran oportunidad de rescatar a nuestro partido como un instrumento para México. En el recorrido por el país no sólo confirmamos las constantes demandas de los panistas a una cúpula que se ha negado a ver y escuchar a la militancia, para en su lugar perderse en dinámicas vergonzantes que sólo sirven a intereses particulares o de unos cuantos grupos, también hemos confirmado las grandes deudas del Estado con los mexicanos: la pobreza, la desigualdad, el desamparo, la injusticia, la inseguridad, la corrupción, el desempleo, la desesperanza.

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Es este escenario el que no sólo nos ha conmovido, sino movido y fortalecido para ser parte de un cambio impostergable que impacte de manera directa en el desarrollo de nuestro país. Ya en mis anteriores colaboraciones he abordado las propuestas que como Presidente del CEN llevaré a cabo, pero ahora quiero hacer hincapié en el eje toral que da cuerpo a nuestro propósito de renovación profunda en el PAN: el combate a la corrupción y nuestro compromiso por la transparencia.

El PAN no puede, por ningún motivo, seguir permitiendo o tolerando acciones de corrupción de sus dirigentes, militantes ni mucho menos de los servidores públicos que postula o designa en los poderes públicos, en cualquier orden de gobierno, por el daño que causan a la sociedad en su conjunto.

Estoy convencido que contra la corrupción hay que empezar desde casa, por lo que pondremos en marcha reglas de transparencia y rendición de cuentas de modo que facilitemos el acceso a la mayor información posible de la vida del partido y de sus órganos, asícomo de quienes administren recursos públicos de cualquier índole, con el propósito de que militantes y dirigentes puedan adoptar las mejores decisiones, y facilitar la consolidación de una cultura de rendición de cuentas.

En nuestras giras por los estados nos hemos percatado de lo importante que es que los ciudadanos tengan acceso y conocimiento a toda la información referente a sus candidatos, hoy por hoy presentar perfiles transparentes debe ser condición sine qua non en todos y cada uno de los procesos electorales. En consecuencia las declaraciones patrimonial, de conflicto de interés y anual de impuesto sobre la renta (3 de 3) serán uno de los requisitos indispensables para la inscripción de todo candidato a cargo de elección popular (así como de los presidentes y secretarios generales del CEN y de los Comités Directivos Estatales; también de los directivos de comités municipales de aquellos municipios que por sus características sociodemográficas, económicas o de seguridad pública pudieran tener mayores riesgos de vínculos con la delincuencia o de actos de corrupción).

En este sentido el pasado 29 de julio firmé una carta compromiso con el movimiento MÁSPAN que justo toma a consideración varias propuestas que desde mi plan de trabajo he planteado, como son el código de ética al interior del PAN, la presentación de las declaraciones 3 de 3, una agenda interna que incluya una estrategia de prevención y combate a la corrupción, tanto en procesos internos como en el servicio público y la revisión del padrón de militantes para lograr uno confiable, depurado y genuino.

Me parece fundamental el ejercicio impulsado por MÁSPAN porque va dando a los militantes una idea de los compromisos que los candidatos adoptan para transformar de fondo al Partido; hasta ayer sábado Ricardo Anaya no había firmado dichos compromisos, y el plazo cierra este domingo 9 de agosto. Daremos seguimiento a esa respuesta.

He propuesto que los servidores públicos emanados de Acción Nacional tengan por obligación transparentar sus decisiones, rendir cuentas y evitar cualquier acto de corrupción a plenitud, particularmente en toda acción u omisión que realicen en mecanismos de contrataciones, adquisiciones, arrendamientos, prestación de servicios, adjudicaciones de obras, selección, contratación de colaboradores.

En los últimos años los grupos parlamentarios de Acción Nacional en Cámara de Diputados y en Cámara de Senadores se han visto inmersos en señalamientos de desvío de recursos, de opacidad en el manejo de las finanzas y de los denominados moches; ahora mismo pesa sobre la responsabilidad directa de Anaya un desfalco de más de 20 millones en las finanzas del grupo parlamentario que encabezó. Por eso he ofrecido que llevaremos a cabo una auditoría integral a los recursos públicos manejados por los grupos parlamentarios y en caso de encontrarse alguna irregularidad se tomarán acciones inmediatas, tales como la expulsión del partido y dar parte a las autoridades judiciales correspondientes

Recientemente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presentó los resultados de la Medición de Pobreza 2014 en el que señaló que entre 2012 y 2014 la población en pobreza se elevó en dos millones, por si no fuera suficiente, la desigualdad también aumentó. Ante un panorama como este la austeridad es una de las primeras medidas que asumiremos, de manera que el presupuesto de los partidos y de las elecciones se ajuste de manera significativa, el despilfarro y el gasto irresponsable de los recursos públicos es algo que impacta de manera directa en el descrédito de los partidos políticos, hay que acabar con esto.

Así como el tema del combate a la corrupción y la necesidad de la transparencia han sido constantes en este recorrido nacional, hay también en el tema de las alianzas una preocupación seria; me ocupo de ello sobre todo ahora que escribo desde Oaxaca.

Debo reconocer, como uno de los principales promotores de las alianzas en 2010, que nuestro balance no es positivo, me parece que nada enmarca más el fracaso de estas que la reciente fotografía del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez (Malova), en pleno acto de proselitismo de Manlio Fabio Beltrones en dicha entidad. Ya de regreso a su antiguo Partido.

Por supuesto me puede el fracaso particularmente en Oaxaca, donde vi la esperanza de la gente. Después de 80 años de PRI en el gobierno no había otra manera de ganar el poder ahí. Fue un ejercicio muy interesante y para su tiempo necesario para desterrar una época llena de corrupción, impunidad y retroceso. La alianza en Oaxaca, en el 2010, significó una alentadora esperanza de cambio; sin embargo, ésta se fue diluyendo al no poder pasar de la etapa de la alternancia a lo que realmente se buscaba: la transición democrática. Este proyecto está inconcluso, no ha podido consolidarse. La experiencia ha sido buena y exitosa en términos electorales, sin embargo, se requieren hombres y mujeres con probada honestidad y rectitud para llevar a buen puerto el anhelo de la ciudadanía de contar con un gobierno eficaz y eficiente.

Me parece además que nos faltó concretar acuerdos de lo que significaría un gobierno de coalición. Gabino Cué se nos achicó de manera insospechada, se perdió en la frivolidad y los medios mirajes; estoy consciente de que debemos evaluar profundamente este ejercicio que en su momento permitió la democracia efectiva y mostró en 2010 que los viejos cacicazgos pueden caer, pero no hay duda que los grandes objetivos de la alternancia están incumplidos.

En el caso de Puebla pareciera un triunfo del PAN, Moreno Valle pertenece al partido y al parecer, pretende enfilarse para ser candidato a la presidencia en 2018. Aquí mi descontento no es con lo que ganó el PAN, creo que la alianza nos permitió ganar mucho. No obstante, Rafael Moreno Valle ha cometido conductas deleznables. Incluso dentro del mismo partido se ha postrado como uno de los poderosos dueños del consorcio. Él es señalado como principal responsable de afiliaciones masivas, y la existencia en los penales del Estado de presos políticos.

El PAN se ha lastimado en Sinaloa con López Valdez y su mala gestión. El partido ya era fuerte en la entidad y prácticamente ganó con Heriberto Félix en 2004. Sin embargo, le quitaron el triunfo. A eso me refiero precisamente. El control priísta no permitía la transición, con las alianzas les fue más complicado.

En los tres casos hay suficiente evidencia de que no se trata de cuadros que hayan sido formados en la cultura democrática, humanista y civilizatoria del Partido Acción Nacional, de hecho el ADN priísta reapareció en el ejercicio del poder.

El problema es que nos concentramos en ganar la elección y no dimensionamos la importancia de concretar el significado de un gobierno de coalición, es fundamental trabajar en ello. Hoy estoy convencido de que en un futuro las coaliciones deben ser resultado de la consulta a la militancia y la condición más importante será no estar sujetos a intereses particulares ni de grupos. Alentar una alianza en términos no solo electorales sino de gobierno.

Urge que rompamos el paradigma de sólo aspirar a ganar elecciones y conseguir el poder. Necesitamos pensar y dejar muy claro para qué queremos el poder, para qué queremos ser gobierno, cómo y con quién queremos gobernar. En el proyecto de alianzas no deben pesar más los intereses de unos cuantos sino el interés general de la gente.

Verdaderamente el encuentro ciudadano que he tenido en estos días ha sido aleccionador porque he podido nutrir mis propuestas con las inquietudes de los militantes y me ha llenado de entusiasmo porque he encontrado eco en muchos de mis anhelos.

Por supuesto que es posible rescatar al PAN, y el encuentro con esa reserva moral que lo concretará, me confirma que se ha vuelto a tender la esperanza, en una nueva apuesta por nosotros mismos. Hoy, como hace ya casi tres décadas lo hizo Manuel Clouthier, hago esta invitación a los panistas: “mi lucha no es para que tú creas en mí y en mis sueños, sino para que tú creas en ti y en tus sueños y luches por ellos”.


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