La Economía Nacional y el Presupuesto Base Cero 2016

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A principios de septiembre El Universal publicó una nota con el título de “Banxico acelera inyección de billetes a velocidad histórica”, en la que se agrega que el Banco de México inyecta monedas y billetes a la economía a velocidad nunca vista en los últimos 15 años. La masa monetaria ascendió a 1.07 billones de pesos al 31 de julio de este año, un incremento de 17.6% con relación a julio de 2014 y ya se tienen 13 meses consecutivos aumentando a doble dígito la moneda en circulación. La nota no tuvo comentarios de otros periodistas o de los analistas financieros, pero como ya sufrimos las consecuencias de que el gobierno inyecte dinero a la economía sin el correspondiente aumento en la producción de bienes y servicios, es de considerarse alguna reflexión sobre esto pues se ha informado además, que la inflación en México está en un 2.87% “la más baja desde 1969”, por lo que es de temerse que el gobierno federal esté intentado “obtener ingresos inflacionarios” fuera de presupuesto, como ya lo ha hecho durante los sexenios de Salinas de Gortari para atrás, cuando se obtenían crecimientos de hasta 7% anual, crecimientos falsos que luego el pueblo pagaba con carestía y disminución real de sus salarios e ingresos. Un primer síntoma se observa con la homologación del salario mínimo de las zonas de salarios a partir de octubre de este año, pero ya está próximo el aumento anual de los salarios mínimos y profesionales de 2016, que repercuten, quiéranse o no, en los salarios generales del resto de los empleados y trabajadores.

Si la política económica del gobierno es estimular el consumo interno, requiere aumentar los salarios de los trabajadores, máxime que, como informó la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), México ha sido el único país de América que ha mantenido estáticos los salarios mínimos. “Es un caso atípico y excéntrico de inercia y congelamiento salarial”. Esto ha propiciado un aumento en los niveles de pobreza y por lo tanto, un incremento en los niveles de desigualdad, que está provocando el descontento en la población y que busque salidas negativas como el narcotráfico y la delincuencia en general. De modo que es de esperarse un “fuerte” incremento en los salarios de 2016, como ya lo ha hecho el gobierno del Distrito Federal que aumentó a sus empleados alrededor de un 15%.

El problema para las autoridades financieras sería controlar la inflación, pues un incremento extraordinario en sueldos y salarios provocará un aumento en los precios que anularía prácticamente buena parte del aumento salarial, agregado además a los incrementos en precios que de seguro provocará la devaluación del peso frente al dólar, que en lo que va del año ha perdido más de 13% de su valor relativo, además está el aumento en el Impuesto Especial en Producción y Servicios (IEPS) en bebidas azucaradas y otros productos. Esta mezcla estaría indicando un incremento en la inflación en 2016.

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México finalmente está dependiendo menos en los ingresos petroleros y más en sus ingresos tributarios, como debe de ser, pues tanto la caída en los precios del petróleo y en la producción del mismo, significarían en 2016 una pérdida de ingresos por más de 87 mil millones de pesos; la administración federal espera recaudar más de 175,000 millones de pesos por concepto de tributaciones, principalmente de ISR y IEPS, según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), y se espera que los incrementos en salarios en 2016, reporten más Impuesto Sobre la Renta. Además, se habla ya de liberar el precio de las gasolinas que causan IEPS, y como el precio del petróleo está tan bajo, cualquier aumento que obtenga también subiría la gasolina, con lo que se incrementaría la recaudación vía IEPS, el que podría llegar a más del doble a lo esperado.

Sin embargo, se ha hablado que en 2016 habrá un fuerte recorte en el gasto público, aunque, según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, sólo se recortarán 82,700 millones de pesos en el gasto corriente, o sea un 3.6% menos que en 2015, en cambio el recorte principal lo sufrirá el gasto en inversión que será recortado en 189,200 millones de pesos, esto es un 21% menos que en 2015, lo cual va claramente en contra de mejorar la economía del país, pues se afecta a turismo con -14%, agricultura y ganadería con -17% y comunicaciones y transporte con -23%, con lo que probablemente se eliminen importantes proyectos de infraestructura del país, lo que pudiera subsanarse con las asociaciones público-privadas que ya se han estado promoviendo. En cambio, el gasto en servicios personales, tales como sueldos y prestaciones de la burocracia, sólo resintió una disminución de 0.7% en términos reales.

Este es el panorama de la economía nacional a la luz del Presupuesto Base Cero (?) y de los factores reales que se están presentando y que deben alertar a ciudadanos y empresarios a tomar providencias.


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