La economía nacional puede mejorar

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Ya son muchas las décadas en que se anhela tener crecimientos del PIB semejantes a los de China, y no sólo en México, sino en todos los países en desarrollo. Si bien México tuvo en los pasados 20 años crecimientos importantes (del 2.5 al 4.3%), siempre estuvimos lejos de lo logrado por el gigante asiático. Ahora que China sólo puede llegar al 5% anual, añora los crecimientos mayores al 8% que tuvo en el pasado. El gobierno de México también ve que ya han pasado los años de crecimiento notable y se está conformando con crecimientos magros.

Pero un país debe crecer económicamente al menos lo que crece en población para mantener, aunque sea teóricamente, el nivel de vida en el transcurso del tiempo. Y simultáneamente al crecimiento de la economía, todo gobierno tiene obligación de procurar que disminuya la inequidad del ingreso entre sus habitantes. Sin embargo, el gobierno mexicano no está logrando ni el primer objetivo ni el segundo.

El Secretario de Hacienda ofrece que se fomentará la creación de empleos y que ya se han creado 750 mil empleos en los últimos 12 meses. Lo que no dice es que para que mejore la economía se requiere crear al menos un millón de empleos anualmente, además del millón de empleos que se dejaron de crear desde el arribo del actual gobierno. También presume los millones de dólares en inversiones que han llegado sin decir que sólo provienen de recursos de grandes empresas que ciertamente generan empleos, pero no en la cantidad que se requieren.

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Para fomentar el empleo se requiere apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que son, en todo el mundo, las verdaderas fuentes del empleo. Más del 90% del empleo se da en empresas de menos de 500 empleados, y un alto porcentaje en las que tienen menos de 10. Por ello, si la meta es la creación de empleos y el fomento de la economía, se tiene que no sólo atraer grandes inversiones, sino principalmente fortalecer y promover las PYMEs.

La Reforma Fiscal de 2013, que sigue vigente, inhibió el crecimiento de PYMEs con sus requisitos de contabilidad y deducibilidad. Fue un acierto en términos de recaudación, especialmente ante la caída de los precios del crudo (que sucedió año y medio después), pero inhibió las inversiones de las PYMEs y la creación de empleos. Por mucho que asociaciones de comerciantes y de industriales, así como partidos de oposición buscaron corregirlo en su momento y en la discusión del presupuesto doce meses más tarde, la autoridad fiscal ha sido inflexible.

Los resultados están a la vista. Debemos felicitarnos que la Reforma haya permitido que el hoyo fiscal causado por la caída de los precios del petróleo no fuera inmanejable, pero ahora que se discute un nuevo presupuesto debe corregirse la parte que afecta las inversiones de las PYMEs. Que se mantenga la recaudación que permite que el gobierno opere, pero que al mismo tiempo se corrijan los mecanismos que han inhibido la promoción del empleo. El gobierno tiene en estos momentos la palabra para mejorar la economía nacional.


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