¿Somos mexicanos?

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Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO

En nuestro país suceden cosas que no pasan por el tamiz de la cordura y el raciocinio para explicarse. Algo como que los pájaros tienen pelo y las vacas plumas, así de irracional. Pero lo acontecido en las últimas semanas de plano no tiene nombre. Andamos en la tierra del revés.

Tenemos un presidente de la República que no manda, un grupo de “ínclitos” que no son el presidente y que si mandan, aunque no se les vea, pero existen. El presidente está reprobado, sus secretarios de estado también lo están. Hay desaparecidos que presumiblemente están muertos, pero no lo están porque no hay pruebas fehacientes que así lo constaten. Tienen a un alcalde preso que sabrá Dios que declaraciones habrá hecho, eso es top secret, pero que a lo que se ve no han sido suficientes para que la Procuraduría de la República tenga el caso listo para que la autoridad jurisdiccional proceda.

Y van saliendo más muertos, Guerrero es una tumba clandestina. ¿Quiénes son los desdichados que han encontrado? Tampoco se sabe. Lo que está a la vista es que solitos no fueron a parar ahí, pero la autoridad no sabe nada.  Y el ribete del escándalo, la “casa blanca” y el “depa” de Miami, y la explicación en torno a su adquisición tan desafortunada, para decirlo de manera educada, que corrió por cuenta de la esposa del presidente. ¿Quién asesora al Presidente?

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Tenemos las finanzas con severas dificultades. El barril de petróleo está a la baja, bajísima. El valor del peso en relación al dólar es un SOS, se mantienen impuestos irracionales, se van a pagar indemnizaciones por un tren que ya no va a hacerse por las sinvergüenzadas en el otorgamiento del contrato, etc. El desorden que va ganando terreno en el país, no es fortuito, entre los que legítimamente protestan y los mercenarios que se montan en la protesta para desvirtuarla, con una autoridad a la que cada día se le ve menos como tal, porque la rebasan con la mano en la cintura, México se encamina al caos. La gente de a pie, que son los más, YA NO CREE EN SUS AUTORIDADES, las tiene aborrecidas, no les inspiran ninguna confianza. Y el Gobierno Federal en lugar de salir y asumir su responsabilidad de frente, empezando por reconocer sus fallas, aceptando que las toneladas de corrupción e impunidad metidas hasta el tuétano, han dañado severamente su eficiencia y su eficacia en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones, hace todo lo contrario.

El decálogo presentado por el presidente Peña Nieto, lo digo así llanamente, NO VA A RESOLVER EL GRAVE PROBLEMA QUE NOS AQUEJA. Está proponiendo leyes, nos está turnando propuestas de reformas y adiciones para “enderezar” un sistema que ya dio lo que tenía que dar. En el Congreso los legisladores tendremos que analizar y discutir la viabilidad de las mismas, no solo desde el ámbito jurídico, que ya es complejo, si no desde lo más crudo, que es la realidad del país, porque diputados y senadores tenemos el deber de tomarla ABSOLUTAMENTE en cuenta, o valdrán para dos cosas las reformas y adiciones, es decir para nada y para nada. Está más que demostrado que las leyes por si solas no resuelven nada, en México tenemos para dar y prestar, y mire en las que andamos. Las leyes sirven si se cumplen, si se observan, si la autoridad obligada a hacerlas cumplir lo hace, si los destinatarios obligados a acatarlas, las acatan. Las leyes son útiles cuando la sociedad entera les otorga esa utilidad ciñéndose a sus prescripciones. Pero en nuestro amado país el deporte favorito es violarlas y quedarse en la impunidad. Y cuando la violación proviene de la misma autoridad y a la autoridad nadie la castiga, entonces se llega a donde hemos llegado, al caos y a la anarquía.

Hoy día, en este país nuestro, gobernantes y gobernados tenemos que tomar decisiones de vida, de esas que marcan un antes y un después. Si queremos que haya democracia como FORMA DE VIDA, tenemos que construirla entre todos. En la democracia concebida así, las desigualdades sociales se achican y las oportunidades para vivir con dignidad se generan y se abren para todos. A los corruptos se les juzga y se les mete a la cárcel, sin distinción alguna, del sector público o del privado. La actuación de los gobernantes se pone en vidriera, para que todo el mundo la conozca, eso es TRANSPARENCIA, lo demás es… póngale nombre usted. Ese es un camino. El otro, es seguir haciéndonos de la vista gorda, es decir, mantenernos aceptando que es lícito violar la ley, matar, mentir, falsificar documentos, obstruir la justicia, hacer arreglos en lo oscuro, en fin, toda la inmundicia que alimenta la corrupción.

Llegó la hora de que demostremos si somos patriotas de 15 de septiembre o si realmente NOS IMPORTA la patria, que es una y se llama MÉXICO.


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