Incapacidad criminal: La muerte que nos espera en menos ya de dos años

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Por: Iván Jorge Paoli Bolio

En el 2018 México contaba con un modelo de salud integral que estaba formado por la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Seguro Popular que llegó a afiliar a más de 50 millones de personas, el sistema de salud para los trabajadores de Petróleos Mexicanos y tenía también un sistema de vacunación cuyo prestigio hizo que fuera copiado por otros países.

Esa estructura de salud que, si bien distaba de ser perfecta, sí era eficiente, sobre todo para los más necesitados y ahora se encuentra en buena medida prácticamente desmantelada y, al ser cambiada por otra que todavía no tiene claras ni siquiera sus reglas de operación, ya no puede cumplir con los cometidos con que antes cumplía; con deficiencias, es cierto, pero que ahora no cubre buena parte de lo que antes cumplía, baste saber que de un plumazo dejaron fuera del Seguro Popular, de la seguridad social, a cerca de 20 millones de personas y eso es consistente con lo que ocurrió con ese sistema en la Ciudad de México cuando la gobernó el hoy presidente de la República.

Una de las consecuencias de haber casi desmantelado la estructura médica, que coincidió con el acceso al poder de un ignorante que no pierde la oportunidad para demostrar sus incapacidades y su ignorancia, en el peor momento, en el inicio de una pandemia que dista mucho de haber terminado, ha sido y parece que seguirá siendo la causa de que México se convirtiera en uno de los países del mundo con mayor morbilidad, y el peor en la muerte de médicos y enfermeras.

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El desabasto de medicinas ha seguido y seguirá creciendo porque ni siquiera se han comprado. Los medicamentos como muchos otros productos, tienen que adquirise de manera anticipada para que las fábricas, en este caso los laboratorios, puedan tenerlos y también distribuirlos en el tiempo y con la oportunidad que se requieran, sobre todo tratándose de una pandemia como la que padecemos.

Tal parece que el Gobierno Federal, la Secretaría de Salud, que supone que comprar y distribuir estas mercancías es como comprar chicles o papas fritas en la tienda de la esquina, obtenerlos y consumirlos, lo que parece demostrar no sólo ignorancia e incapacidad para planificar y enfrentar oportunamente los problemas que, en este caso, representan la salvación o la pérdida de miles o cientos de miles de vidas vidas humanas.

Nariz Roja, una agrupación de padres de familia de niños con cáncer hizo la denuncia de que los medicamentos al respecto ni siquiera se han comprado. La denuncia pública fue hecha en el noticiero de la mañana, con Ciro Gómez Leiva, de Radio Fórmula Televisión del pasado seis de enero y hasta finales del año que está a punto de terminar no ha sido desmentida por el gobierno.

Y, si eso es cierto para los medicamentos para combatir el cáncer infantil y de mujeres, también lo es para el caso de las vacunas anticovid19 por la incapacidad administrativa y de planeación que se ha demostrado hasta la saciedad en el actual régimende gobierno (Cfr. la supresión de la construcción del aeropuerto de Texcoco y la construcción del de Santa Lucía, entre otros). A ello se suman los prejuicios ideológicos, por lo demás trasnochados, que pretenden cambiar la realidad por ellos, amén de una ignorancia supina en materia económica y de otros muchos conocimientos, los de historia por ejemplo, que son indispensables para gobernar un país.

Como un botón de muestra, y de acuerdo con una auditoría entregada al órgano interno de control del Instituto Nacional de Salud y Bienestar (INSABI), actualmnte el tal instituto debe más de 3 mil 453 millones de pesos por la compra de medicamentos recibidos y no pagados, y ello supone el desabasto en hospitales y centros de salud del Gobierno Federal, IMSS y del ISSSTE, entre otros.

Otro botón de muestra es la nota del diario Reforma del 19 de diciembre que en su encabezado señala: “Falta a IMSS comprar el 91% de medicinas. El IMSS sumó otro tropiezo pues luego de convocar a licitación express (subrayado mio) no logró abastecerse de las medicinas que requiere para inicio de 2022.”

Pero el principal problema no se limita a una pésima planificación, a ella se le agrega la mayor corrupción, una desorganización ejemplar, una incapacidad del 90% de los funcionarios públicos (declaración del presidente de la República) y, lo que de ella brota a borbotones, es el mayor cinismo que hemos conocido en nuestra historia. Todos esos factores unidos a la santísima voluntad de un “mesías tropical”, a cuyo genio propagandístico le tomó 18 años de propaganda para llegar a la presidencia de la República, la que, sin embargo, pudo ganar gracias a la coyuntura prefabricada por las corruptelas del sexenio de Peña Nieto y, desde luego, a las incapacidades de la oposición.

Así, a las incapacidades y deshonestidad del sexenio pasado se suman, ampliadas, las del que seguiremos viviendo por cerca de tres años más. Feliz año nuevo.

 


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