Desde sus inicios, el PAN fue concebido como un instrumento para la organización de los ciudadanos en torno a una causa superior: la transformación de la vida pública de México mediante la difusión de ideas, principios y valores llevados a propuestas y a la vida práctica.
En meses recientes he tenido la oportunidad de visitar algunos estados de la República. Como siempre he visto a miles de panistas dispuestos a dar un trabajo honesto por México, he platicado con servidores públicos panistas que llegaron a sus cargos a través de campañas valientes, me consta que miles de ellos le dan dignidad y valor al partido.
El PAN pasa por un momento muy complejo: En junio habrá elecciones para diputados federales y para gobernadores, alcaldes y diputados en muchas entidades federativas. Por otra parte, se han registrado hechos y comportamientos de militantes y dirigentes que aún sin ser la regla confunden y preocupan; también se han presentado agravios y exclusiones a quien manifiesta ideas distintas; además, en estos diez meses el PAN ha tenido 3 presidentes nacionales. Este conjunto de circunstancias ha debilitado la necesaria unidad del PAN, la unidad por la que yo quiero trabajar.
Aun con sus defectos y problemas, el Partido Acción Nacional sigue siendo el mejor instrumento que tenemos los ciudadanos para la transformación de México y la consolidación de nuestra democracia.
Por eso hago un llamado a todos los panistas a darle fuerza al PAN, a participar en esta tarea de reconstrucción del Partido para que siga siendo una opción política ciudadana, con principios y valores en donde prevalezca la honestidad, la libertad, la justicia y la pluralidad democrática.
Darle fuerza al PAN significa que los panistas participemos activa y entusiastamente en sus asuntos internos y en la problemática de nuestro país. Tiene que ver con tareas que van desde la revisión del padrón interno y la apertura de la afiliación, hasta la revitalización de Consejos, Comités y Comisiones que nos permitan procesar los temas más sensibles de una manera democrática.
Fortalecer al PAN significa verlo como un instrumento ciudadano, que los militantes trabajemos entusiastamente para postular, sin excepción, a las y a los mejores ciudadanos. Que no sea la capacidad de manipulación del padrón interno sino la calidad y el liderazgo social lo que nos lleve a postular a las y los mejores hombres y mujeres para México.
Mi llamado es también a la actual dirección nacional, encabezada por Ricardo Anaya. La oportunidad esta ahí para generar una verdadera unidad en torno al partido. El primer paso para propiciarla es poner en práctica una nueva política de inclusión que nos permita a todos caminar juntos y convocar con éxito a los ciudadanos y rechazar contundentemente prácticas que siempre han sido inaceptables.
A los panistas que aman a Acción Nacional, les pido que no dudemos ni nos rindamos en este reto de darle fuerza al PAN interna y externamente. Que participemos en los procesos internos con decisión, que difundamos las ideas y los logros del partido y de sus gobiernos. A los más desalentados les pido: démonos la oportunidad de seguir construyendo un mejor México desde Acción Nacional.
Finalmente hago un llamado a los ciudadanos para que se unan y nos ayuden a fortalecer al PAN. Abiertamente los invito a que se afilien al Partido y nos ayuden, especialmente a jóvenes y mujeres que vean en el PAN el cauce de su vocación política. La política para nosotros no es el arte del poder, es ante todo una actividad humana centrada en la realización del bien común y corresponde a todos los ciudadanos realizarla.
Este es un llamado a la reflexión, pero también a la acción, a la Acción Nacional para fortalecer al PAN, que es fortalecer a México.
Como le dije al presidente del Partido: todos mis esfuerzos estarán dedicados a lograr la unidad del PAN en torno a sus ideales, a fortalecerlo como instrumento de dignificación de la vida cívica nacional.
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