Gustavo Madero, presidente del PAN, atestiguó ayer un pleito entre el dirigente estatal de su partido en Puebla, Rafael Micalco, y la diputada federal Blanca Jiménez por los pobres resultados que obtuvo el panismo en los comicios del 7 de junio en esa entidad.
Vinculada al Gobernador Rafael Moreno Valle, Jiménez encaró a Micalco durante la reunión de dirigentes estatales a la que convocó Madero para presentar su balance electoral.
Micalco había informado que diputados locales afines a Moreno Valle habían pedido su cabeza.
El dirigente poblano contó luego que, a través de una carta, había advertido al secretario general del blanquiazul, José Isabel Trejo, que en plena campaña electoral Moreno Valle cambió a los seis mil representantes de casilla y lo despojó de la estructura partidista.
Expliqué que todos los candidatos eran gente del Gobernador; que el manejo de la campaña se quedó en manos del Gobernador, relató Micalco en entrevista telefónica.
La diputada Blanca Jiménez, Secretaria de Vinculación con la Sociedad del CEN panista, lo culpó de que el PRI sea la primera fuerza en Puebla.
De acuerdo con Micalco, Madero presenció el enfrentamiento por la injerencia de Moreno Valle en el partido.
A propuesta del dirigente en Sinaloa, Edgardo Burgos, se elaboró un documento de apoyo a Micalco, que fue aprobado por todos los líderes estatales.
Todos los jefes estatales nos manifestamos solidariamente con el jefe estatal de Puebla, precisó el líder del panismo mexiquense, Óscar Sánchez.
Madero tomaría la palabra para aclarar que el documento había sido impulsado por los dirigentes estatales y no por el Comité Ejecutivo Nacional.
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