De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional, más de 130 empresas chinas exportan equipos para infligir tortura y represión que supuestamente han sido utilizadas por la policía de Camboya y exportadas a las fuerzas de seguridad en Nepal y Tailandia.
Más de 130 empresas chinas están haciendo y vendiendo equipos que pueden utilizarse para infligir tortura, alimentando la violación de los derechos humanos en África y Asia, según un informe de Amnistía Internacional y Omega Research Foundation.
El número de empresas que participan en la producción y el comercio de equipos potencialmente peligrosos en el cumplimiento de la ley, aumentó desde 28 hace una década, de acuerdo con el informe titulado "Comercio de instrumentos de tortura y represión de China".
"Un número creciente de empresas chinas se están beneficiando del comercio de instrumentos de tortura y represión, alimentando los abusos de derechos humanos en todo el mundo", dijo Patrick Wilcken, investigador de comercio de seguridad y derechos humanos de Amnistía Internacional en Londres.
Algunos de los dispositivos comercializados por estas compañías son intrínsecamente crueles e inhumanos y se deberían prohibir inmediatamente, según el informe. Incluyen pistolas paralizantes de electrochoque, porras con púas de metal y esposas con peso para las piernas.
El sistema de exportación de China no es el único que no controla con eficacia el cumplimiento de la ley en la transferencia de equipos para garantizar el respeto de los derechos humanos, según el informe. El comercio mundial no está bien controlado, e incluso lugares con regulaciones más estrictas, como la Unión Europea y los Estados Unidos necesitan realizar mejoras y cerrar brechas a medida que nuevos productos y tecnologías entran en el mercado, según el informe.
Riesgo de violaciones de los Derechos Humanos
China está exportando otros equipos que pueden tener un uso legítimo en los procesos policiales, tales como gases lacrimógenos y proyectiles de plástico o vehículos antidisturbios, aun cuando existe el riesgo de graves violaciones de los derechos humanos por parte de las agencias receptoras del orden público, dijo.
China es el único país conocido por la fabricación de porras con púas, que tienen puntas de metal a lo largo de toda su longitud o porras de plástico con una cabeza de metal con púas, dijo el informe.
Las porras con púas han sido 'supuestamente' utilizadas por la policía de Camboya y exportadas a las fuerzas de seguridad en Nepal y Tailandia, dijo el informe, sin citar de dónde se obtuvo la información.
"El defectuoso sistema de exportación de China permitió que prospere el comercio de la tortura y la represión", dijo Wilcken. "Existe una necesidad urgente de que las autoridades chinas reformen radicalmente sus regulaciones comerciales para poner fin a la transferencia irresponsable de equipos de cumplimiento de la ley a las agencias, que probablemente lo utilizarán para violar los derechos humanos".
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