La elección judicial del 1 de junio próximo, con sus campañas en marcha, sigue ofreciendo detalles de cómo este proceso se ha convertido en una mancha en la historia electoral del país, pues además de la admisión de que hay candidatos vinculados al crimen organizado, tenemos a otros que fueron aceptados sin reunir los requisitos marcados por ley, las protestas de actores políticos por la prohibición de difundir las campañas que ellos mismos aprobaron anteriormente, la complejidad de la votación con muchos candidatos y que los resultados se conocerán días después de la elección.
Pero además hay candidatos que se han convertido en auténticas aves de las tempestades.
En primer lugar, tenemos a Lenia Batres, quien ya ha sufrido algunos desafortunados eventos en donde ha fallado el sistema de sonido, ha sufrido rechiflas o reclamos, además de la duda de porque no es sancionada si está en campaña en horario laboral, ausentándose de las sesiones de la Corte, todo lo cual no impide que como es la favorita de la 4T sea impulsada para llegar a la presidencia de la Corte a pesar de su ignorancia en temas legales, que ha quedado de manifiesta en varias ocasiones.
Pero ya inició la promoción de algunos perfiles de parte de personajes vinculados al partido oficial, mostrando que la imparcialidad será una de las primeras víctimas de este proceso electoral, como es el ejemplo del hijo del expresidente López Obrador, José Ramón, quien en un mensaje en X (Twitter) muestra su apoyo hacia ciertos personajes, un favor que posteriormente se podría cobrar.

Otro candidato polémico es César Gutiérrez Priego, hijo del general Jesús Gutiérrez Rebollo, quien ha sido señalado por su cercanía con el Ejército, pero que para él es un atributo que gusta presumir, incluso –buscando llamar la atención y aprovechando la coyuntura por el texto de Ernesto Zedillo en una revista– anunció que dará a conocer los audios que muestran la relación del expresidente con el narco, material que tiene guardado desde hace años y del que muchos se preguntan porque no los dio a conocer antes –como el sexenio pasado, por ejemplo– y qué lo motiva para hacerlo ahora.
Así, las campañas muestran que la decisión de reformar al Poder Judicial fue una mala decisión y que llegarán candidatos con compromisos que enterrarán la imparcialidad e independencia de esta institución, creando privilegios para la nueva mafia en el poder.
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