El choque por venir

0
636

De un lado, tenemos a un presidente que quiere sacar adelante su proyecto a cualquier costo, incluso modificando las leyes que le estorben, caracterizado como necio —hasta su esposa le dedicó una canción con ese título—, a quien todo le aplauden sus fanáticos; del otro, una oposición dispersa que no logra ponerse de acuerdo, pero que se conecta en redes sociales con un único objetivo: tirar al mandatario a cualquier costo.

Choque inminente

Cualquiera que revise las redes sociales, se dará cuenta que mayoritariamente los mensajes se dividen entre los que adoran a López Obrador y los que lo atacan.

-Publicidad-

Todos los días desde temprana hora, lo que dice el presidente en su conferencia mañanera es refutado en el espacio cibernético. Algunos especialistas pueden poner los puntos sobre las íes, aunque la mayoría de las respuestas son muestra del temor y odio que se tiene por el tabasqueño.

Pero del otro lado, sus seguidores también hacen gala del odio al referirse de manera despreciativa a sus detractores, mediante frases que en ocasiones encierran amenazas.

Se trata de los dos lados de una misma moneda, de movimientos antagónicos que se necesitan mutuamente para sobrevivir, pues sin el otro no tendrían razón de existir.

El verdadero problema no es que se expresen apoyos o críticas para un proyecto político, sino que nadie está dispuesto a reconocer algo positivo en el contrario.

Esta historia ya la hemos visto en otras latitudes, en donde quien ostenta el poder busca hacer realidad su proyecto a cualquier costo y la oposición busca impedirlo a cualquier costo.

España y Venezuela nos ofrecen ejemplos, en distintas modalidades, de lo que sucede cuando estos trenes chocan.

En México vamos por el mismo rumbo, pues nadie quiere ceder y solo se contentarán cuando tengan al enemigo derrotado, pues el diálogo se encuentra roto y no hay manera de que se acerquen las posiciones o se evite la division.

Los riesgos de la polarización

Uno de los problemas que se tienen en cuanto a la falta de acuerdos, tiene que ver con que los contrapesos se encuentran disminuidos. Desde la pasada campaña electoral se vio la tendencia a polarizar y, con esto, a dividir a la ciudadanía.

En redes sociales esta táctica se ha visto con claridad, pues son numerosas las quejas de integrantes de algunos colectivos, tanto a favor como en contra de AMLO, que denuncian la manera en que se les apartó de los grupos o como las peleas internas los hicieron alejarse de esos esfuerzos.

Lo anterior se traslada al espacio público, en el que los enfrentamientos entre los seguidores y opositores a López Obrador son constantes, sin la posibilidad de que se acerquen las posiciones.

Pero también el propio presidente de México abona a que esta situación se mantenga, al acusar con dedo flamígero en cada mañanera a los enemigos de su proyecto. Si todo lo que se hizo en el pasado es malo, en especial por la corrupción, pues hay que arremeter contra todo lo que huela a PRIAN, a pesar de que el PRIMOR no se diferencia mucho de esto.

Si el presidente de la CRE tiene a un cuñado y un familiar en tercer grado en empresas vinculadas al sector energía, hay que quemarlo en leña verde, pero dejando pasar que la directora de Conacyt tiene trabajando en el organismo a su cuñado y a su ex esposo.

Todo esto se enmarca en la concepción de que los demás son el enemigo, y a éste se le debe acabar, sin posibilidad de negociar o dialogar con él. Esto provoca que ambos bandos se mantengan en pie de lucha y se enfrenten un día sí y otro también.

Las redes sociales son solo la punta de un iceberg que esconde una terrible confrontación social que nos pasara una costosa factura en el corto plazo.

Lamentablemente, ambos bandos no parecen darse cuenta del daño que hacen al país, mucho menos que buscan imponer sus posiciones creyendo que poseen la verdad, lo cual es una posición equivocada.

@AReyesVigueras


There is no ads to display, Please add some

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí