El asesinato del presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos, no es un asunto que afecte la gobernabilidad del país, al menos eso piensa la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien ante las preguntas de los reporteros sobre el tema con el que abrimos esta nota sólo atinó a responder: «¡Ya no soy la secretaria de seguridad!»
Si bien completó su respuesta con la frase «sólo me dedico a la política interna», no explicó ni abordó lo obvio, que el homicidio de un alcalde en una entidad con problemas de gobernabilidad es un asunto que afecta la política interna del país.
Pero no se puede esperar mucho de alguien que no llegó al puesto por su capacidad demostrada o por ser especialista en el ámbito bajo su encargo, sino por la lealtad demostrada a López Obrador desde su época como reportera de La Jornada, algo que veremos en el trabajo cotidiano del gobierno.
Es decir, la política interna, el diálogo con la oposición, la atención a los temas que tienen incidencia en la gobernabilidad del país no serán atendidos de manera prioritaria y en su lugar habrá evasivas o frases como la que enunció la titular de Gobernación, incluso con sus palabras al asumir la titularidad de la dependencia, cuando dijo: «Puedo asegurarles que el territorio se encuentra en paz».
Tiene tiempo para desmentir esta percepción acerca de su desempeño como funcionaria pública que debe atender a todos los ciudadanos, aunque orgullosa la secretaría de Estado presume su pertenencia a la 4T, algo que parece ser lo único que le importa.
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