Democracia que cuenta muertos, en lugar de contar votos

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Hace dos décadas, al arranque de la alternancia en el poder y la pluralidad en el Congreso, los problemas electorales eran el padrón, robo de urnas, acarreo y mal conteo de votos. Hoy el problema electoral es la violencia y el crimen.

Antaño la pelea electoral era por un deficiente recuento de votos. Hoy el problema es que se cuentan por decenas los muertos antes y durante la elección, Y el recuento puede seguir luego de la elección.

Nadie sabe explicar el macabro cambio en las elecciones, salvo los que dicen que las mafias criminales y políticas sustituyeron a los partidos en su oferta para mejorar las condiciones de vida. Hoy es más fácil ser criminal que votar para mejorar los niveles de vida. ¿Tienen duda?

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Según EL UNIVERSAL de ayer domingo —trabajo de David Esteban Rodríguez—, en la última década fueron muertos 36 representantes populares, en 53 atentados, ocurridos en los estados de México, Puebla, Morelos, Hidalgo y Tlaxcala, así como el DF.

Además, especialistas de la violencia en tiempos electorales advirtieron que en las elecciones de junio en 17 entidades existen focos rojos en nueve estados en donde será casi imposible llevar a cabo elecciones, a causa de la violencia y el crimen. Son Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Durango, Estado de México, Oaxaca y Chiapas.

A su vez, existen municipios de alto riesgo para el proceso electoral, en Tamaulipas, Guerrero y Michoacán. En los dos últimos, sin embargo, el problema no sólo se deriva de la violencia de las bandas del crimen organizado, sino de las mafias sociales, como la CNTE y sus franquicias, como la CETEG, entre otras.

De manera simultánea, en reunión privada entre líderes de la Conferencia del Episcopado Mexicano y Enrique Peña Nieto, los jerarcas católicos exigieron al Presidente no abandonar la lucha contra el crimen en una decena de estados en donde —según información de la propia Iglesia católica—, los grupos criminales prácticamente han asumido el poder. Y frente a esa realidad será imposible llevar a cabo elecciones confiables, legales, legítimas y exentas de violencia.

Pero si aún tienen dudas de que en lugar de contar votos las elecciones ya sirven para contar muertos, basta decir que sólo de febrero a marzo de 2015, se han registrado 15 crímenes —en 10 atentados—, relacionados con las elecciones. Van los detalles.

1. El 11 de marzo de 2015 fue asesinada y degollada Aidé Nava González, precandidata del PRD a la alcaldía de Ahuacuotzingo. En meses anteriores habían matado a su esposo y a un hijo. 2. El 10 de marzo fueron asesinados a tiros la dirigente del PRI Adela Carrillo Sánchez y su esposo, Mauricio Cornejo, en Iztapalapa. 3. El 9 de marzo fue asesinado a tiros Ricardo Mendoza, dirigente del PAN en Juquila, sierra sur de Guerrero. 4. El 2 de marzo, en Morelia, fue asesinado a balazos Rigoberto Álvarez, hermano de la diputada federal del PAN, Berenice Álvarez. 5. El 1 de marzo, en Penjamillo, Michoacán, fue asesinado a balazos el regidor del PRD Rubén Magaña, quien había sido reportado desaparecido.

6. El 25 de febrero fueron ejecutados a tiros, en Iguala, el ex comisario ejidal Emilio Rabadán Román y el ex regidor perredista y ex comisario ejidal Gerardo Román Chávez. Los crímenes se llevaron a cabo en lugares distintos. 7. El 20 de febrero fue asesinada la profesora Linda Beatriz Hernández, hija del candidato a diputado federal por el MC, Pedro Tiburcio. 8. El mismo 20 de febrero fue asesinada la presidenta del CDE del PRI, Cecilia Izaguirre. 9. El 19 de febrero fue asesinado el ex regidor de Acapulco, el panista Guillermo Cisneros. 10. Y el 18 de febrero pasado fue asesinado a balazos el candidato del PRD a diputado federal por el distrito de Tlaxiaco, Carlos Martínez Villavicencio, junto con otros dos militantes del PRD, en una emboscada en la zona triqui, en Oaxaca.

Apenas comienza la llamada “elección intermedia” para elegir a integrantes de la Cámara de Diputados, en 17 estados en los que se elegirá Congreso local y alcaldes y en nueve entidades que cambiarán gobiernos estatal, y ya son más muertos que las quejas por irregularidades.

¿Quién será capaz de garantizar elecciones seguras en Tamaulipas, Guerrero y Michoacán? Eso sin contar la violencia política que protagonizan la CNTE y la CETEG. Algo está podrido en las elecciones. Al tiempo.


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