Hoy día, en la era de la globalización, aparecen otras alianzas como la de México, Chile, Perú y Colombia, o el Tratado Transpacífico que promueve Estados Unidos.
A mi amigo Julio Scherer García, gran nacionalista.
Hace unos días, el presidente de Venezuela viajó a Beijing en visita formal a China para participar al lado de sus colegas de Ecuador, Costa Rica y de Bahamas, en el Primer Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) hizo un diagnóstico de las oportunidades que abre la cooperación entre ambas regiones.
Los intercambios de la CELAC con China se han duplicado en los últimos diez años. China es ahora el segundo socio comercial de América Latina debido a que le vende materias primas que el país asiático corresponde con manufacturas. Venezuela, Ecuador, Chile y Perú cultivan las mayores relaciones con esa nación. El interés de esos países en China también lo comparte México. ProMéxico organizó los días 11 y 13 septiembre del 2014, en Changsha, la VIII Cumbre América Latina.
Asia y América Latina se entrelazan más que nunca. El comercio con México representa 39 mil millones de dólares, mientras el de Venezuela es de 19 mil 185, el de Brasil de 90 mil 194 y el de Argentina de mil 742. El intercambio chino con la región vale cosa de 260 mil millones de dólares y la meta es aumentarlo a 500 mil millones en 2020. Desde 2007-2014, China ha financiado a Venezuela con 47 mil millones de dólares en inversiones de infraestructura, energía, vivienda y transportes que Venezuela paga con 524 mil barriles de petróleo diarios. Las necesidades chinas no son sólo participar en la industria petrolera. El presidente chino pidió a su homólogo venezolano usar esos financiamientos en sectores como minería, agricultura e industria.
A su vez Costa Rica obtuvo la promesa de apoyo para crear zonas económicas especiales, mejorar tecnologías agrícolas, en telecomunicaciones, así como en energías renovables. El Presidente de Ecuador obtuvo créditos por 5 mil 300 millones de dólares para ser aplicados en un programa bilateral con China. La reunión de la CELAC en China generará un programa de acción para 2015-2019 para el cual ese país aportará 35 mil millones de dólares. Los chinos esperan que sean utilizados para adquirir sus productos a la manera de los tan criticados “créditos atados” que las naciones industrializadas tratan de imponer a los que están en desarrollo.
China abre expectativas ambiciosas para nuevas relaciones económicas con América Latina, mucho más allá de lo que hace poco describíamos como “mercados de la Cuenca del Pacífico”. Hoy día, en la era de la globalización, aparecen otras alianzas como la de México, Chile, Perú y Colombia, o el Tratado Transpacífico, que promueve Estados Unidos.
Hay que trabajar estas ideas para aterrizarlas. Los chinos están listos; ya invierten y compran. Su acelerada dinámica los obliga. En América Latina no estamos tan acostumbrados a trabajar ni tan en serio ni tan rápido. Llegó la hora. Los chinos marcan el paso.
Pero, mientras los presidentes latinoamericanos ensanchaban lazos con China, el Presidente de México hablaba ese mismo miércoles, en visita relámpago a la Casa Blanca, lastrado por temas de los que aún no salimos: violencia y migración. Las organizaciones sindicales norteamericanas le insistieron al presidente Obama presionar a México a poner un alto a la pérdida de respeto a los derechos humanos y de los trabajadores.
El presidente Obama prometió ayudar a México a frenar la ola de violencia que ha causado “la desgracia de tanta tragedia” en ambos lados de la frontera. “México debe ver en Estados Unidos a un amigo que lo respalda”. La relación con nuestros vecinos al norte se define, sin embargo, en Norteamérica. Nuestro embajador, Eduardo Medina Mora, exprocurador General de la República, informó por su parte que Estados Unidos pronto comenzará a entrenar policías estatales mexicanos…
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