Ya arrancaron las campañas. Serán dos meses intensos en varios estados del país. Aunque no hay una elección federal, es un hecho que por su relevancia político-electoral algunas de esas elecciones tienen interés nacional. Todo parece indicar que al triunfalismo de finales del año pasado en el que el PRI decía que ganaría casi todas las gubernaturas en juego, tiene que rehacer sus sumas y sus restas. Veamos como inician algunas de las elecciones que van a dar de qué hablar.
Tamaulipas. Encuestas indican que el panista Francisco Cabeza de Vaca va adelante. Se trata de un político conocido en su estado. Actualmente es senador. Sus adversarios lo golpean en los medios «nacionales», pero no han logrado hacerle mella en lo local, por lo que su campaña inicia con liderazgo sólido. Es un estado que nunca ha tenido alternancia en el gobierno estatal, siempre a manos del PRI. Es claro que esos gobiernos han terminado mal, con algunos de sus principales personajes acusados de vinculaciones con el crimen organizado.
Uno de los ex gobernadores está prófugo de la justicia estadunidense. La inseguridad está exacerbada. El pasado candidato del PRI murió asesinado por el crimen organizado y lo sucedió su hermano, actual gobernador. Todas estas son razones lógicas para cambiar de partido y muy probablemente se dé ese movimiento toda vez que el candidato del PRI tiene toda la escuela de los peores gobiernos de esa entidad.
Veracruz. Quizá no hay gobernador que represente lo peor del PRI —y ya es decir— que el sátrapa Javier Duarte. Impunidad, delito, corrupción, crimen organizado, peculado, falta de rendición de cuentas, subordinación del aparato de justicia al Ejecutivo, vandalismo, todo esto combinado con una fuerte aleación de estupidez, han sido la norma de gobierno en esa entidad. Se trata de un gobernante repulsivo. El resultado de la elección recae en una familia: los Yunes. Un Yunes por el PRI y otro por el PAN. El Yunes del PRI carga con el fardo de Duarte que pesa mucho en estos momentos. El Yunes del PAN no es la primera vez que contiende y ha sido un sistemático denunciante de Duarte. El anti-PRI puede hacer de las suyas en Veracruz, un estado de gran importancia electoral.
Puebla juega entonces un papel estratégico. No solo para el PAN ya que el gobernador Moreno Valle se juega un porcentaje de su futuro en esa elección (su presencia en el PAN va más allá de su propia entidad), pero es la única que pudiera perder el panismo pues solo gobierna ese estado de los que están en juego. Así que el PRI verá en Puebla la oportunidad de empatar el marcador de Veracruz.
También en juego y con posibilidad de derrota para el PRI están Chihuahua (donde otro Duarte es un problema para el PRI, razón por la que el delirante Javier Corral arranca con ventaja); Tlaxcala, una competencia electoral entre mujeres en la que la panista Adriana Dávila tiene buenas oportunidades; lo mismo pasa en Durango y Aguascalientes, donde habrá elecciones competidas. No será un día de campo para ningún partido.
There is no ads to display, Please add some
