La violencia familiar en México sigue siendo una herida abierta en el tejido social, con cifras que, aunque muestran una ligera baja en ciertos periodos, revelan la magnitud del desafío que enfrentan las autoridades y la sociedad. Un reciente análisis de TResearch International, con datos a mayo de 2025, expone las tendencias históricas y la distribución geográfica de este doloroso fenómeno.
En lo que va del sexenio de la virtual Presidenta Claudia Sheinbaum, se han registrado 111,083 denuncias por violencia familiar, lo que representa una caída del 60% respecto a 2024. Este dato, aunque alentador, debe interpretarse con cautela, considerando que el sexenio aún está en sus inicios. Específicamente, en mayo de 2025, las denuncias sumaron 24,389 casos, un 11% menos que en mayo de 2024, cuando se reportaron 27,509.
El informe de TResearch International subraya que, históricamente, los casos de violencia familiar han mostrado una tendencia al alza, pasando de 127 mil denuncias en 2015 a un pico de 284 mil en 2023. En 2024, esta cifra disminuyó ligeramente a 278,278 denuncias. Estas estadísticas provienen del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, una fuente oficial de datos delictivos en el país.
Concentración Geográfica y Denuncias por Habitante
La Ciudad de México (CDMX) se lleva la mayor parte de los casos de violencia familiar registrados durante el sexenio actual, concentrando el 30% de las denuncias con 14,536 casos. Le siguen de cerca el Estado de México (Edomex) con 10,943 y Nuevo León con 7,594 denuncias. Estas tres entidades suman una proporción significativa de los incidentes a nivel nacional.
Sin embargo, al analizar las denuncias por cada millón de habitantes, la perspectiva cambia. Colima lidera esta métrica con 2,261 casos por cada millón de habitantes, seguido por Coahuila (1,961) y Baja California Sur (1,664). Este indicador ofrece una visión más precisa de la prevalencia del problema en relación con la población de cada estado, destacando que entidades con menor número total de denuncias pueden tener una alta incidencia per cápita.
La persistencia de la violencia familiar en México es un recordatorio constante de la necesidad de políticas públicas más robustas, campañas de concientización y un sistema de justicia que garantice la protección de las víctimas. La colaboración entre los distintos niveles de gobierno, organizaciones civiles y la ciudadanía es crucial para abordar este problema estructural y construir un entorno más seguro y libre de violencia para todas las familias mexicanas.
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