Mientras nos preparamos para celebrar el Día de la Madre, un tema de salud fundamental emerge como una preocupación silenciosa pero significativa para millones de mujeres en edad fértil: el déficit de hierro. Más allá de la anemia, reconocida por 8 de cada 10 mujeres encuestadas como la principal consecuencia de esta condición, la deficiencia de este nutriente clave para la producción de energía tiene implicaciones profundas para el bienestar diario de la mujer, la productividad y, crucialmente, para un embarazo saludable y el desarrollo óptimo del bebé.
La encuesta conducida online a nombre de CSL Vifor y aplicada a mujeres entre 18 y 48 años, encontró que 80% de las participantes no está completamente familiarizado con la deficiencia de hierro y sus implicaciones, situación que se acentúa en el grupo de mujeres más jóvenes2. Aunque 77% la considera un problema de salud importante, persisten brechas significativas en la comprensión de sus causas, consecuencias y manejo adecuado2.
Por ejemplo, mientras 42% asocia correctamente la deficiencia de hierro con baja productividad en actividades diarias, solo 16% la vincula con el ausentismo laboral2. El déficit de hierro y la anemia consecuente representan una carga de discapacidad significativa para las mujeres globalmente5.
Además, aunque se reconocen síntomas comunes como la fatiga extrema (71%) y la debilidad (59%), existe menor conciencia sobre pruebas diagnósticas clave como la ferritina (conocida por menos del 30%), un indicador esencial de las reservas de hierro recomendado por la OMS1.
El riesgo se dispara en el embarazo
Para las mujeres que planean ser madres o ya están embarazadas, la atención al hierro es vital. Los datos muestran un aumento de la prevalencia del déficit durante la gestación que se duplica cada trimestre: del 5.3% en el primer trimestre, aumenta al 12.7% en el segundo y alcanza un preocupante 27.5% en la recta final del embarazo6.
El Dr. Alvaro Cabrera, hematólogo y experto en deficiencia de hierro, explica que llegar al embarazo con bajos niveles de ferritina sérica o desarrollar deficiencia durante la gestación se asocia con un riesgo significativamente mayor de anemia materna, parto prematuro y bajo peso al nacer), además de impactos a largo plazo en la función cognitiva del niño.
“Durante el embarazo se necesitan unos 1.040 mg de hierro en total: 450 mg para aumentar la sangre materna, 300–350 mg para el feto y la placenta, 230–240 mg para compensar las pérdidas; este mineral es clave para el crecimiento de la placenta y el desarrollo del sistema nervioso del bebé”. Según la Organización Mundial de la Salud, el 40 % de las embarazadas presenta anemia al inicio de la gestación, lo que evidencia la alta prevalencia de reservas bajas de hierro antes de concebir7.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado la importancia de vigilar estos niveles, recomendando el uso de la ferritina sérica como indicador clave de las reservas de hierro para una detección temprana y la prevención de consecuencias adversas1.
¿Hablas con tu médico sobre tus niveles de hierro?
Existe una diferencia significativa en la búsqueda de ayuda y recepción de información sobre el déficit de hierro dentro y fuera del contexto del embarazo. Los resultados de la encuesta muestran que el 69% de las mujeres embarazadas o que lo han estado, consultaron por síntomas (frente al 46% general) y 72% recibió información de un profesional de la salud (comparado con 44% general)2. Esto sugiere que, aunque el embarazo activa la atención sobre el tema, hay una oportunidad para mejorar la comunicación proactiva en otras etapas de la vida de la mujer.
A la luz de los hallazgos: Recomendaciones Clave para Futuras Madres
Basándose en los resultados de la encuesta2 y su amplia experiencia clínica, el Dr. Cabrera enfatiza: que quienes planean un embarazo o ya lo han iniciado deben: evaluar sus depósitos de hierro midiendo ferritina sérica y capacidad total de unión al hierro antes de concebir; corregir cualquier déficit hasta lograr niveles de ferritina y hemoglobina dentro de rangos normales; y mantener una suplementación continua de hierro elemental junto con el ácido fólico durante la gestación, el postparto y la lactancia, o instaurar tratamiento si se diagnostica deficiencia, con el fin de prevenir anemia materna, bajo peso neonatal y parto prematuro.
Un Regalo de Salud Duradera
Este Día de la Madre, el mensaje es claro: controlar los niveles de hierro es un acto de amor propio y un pilar fundamental para un futuro saludable, tanto para la madre como para sus hijos. Reconocer los síntomas, entender los riesgos y consultar al médico para una evaluación y posible suplementación son pasos esenciales.
Si estás planeando un embarazo, estás embarazada, lactando o simplemente experimentas síntomas que podrían indicar una deficiencia de hierro, habla con tu profesional de la salud. Una simple prueba puede marcar la diferencia.
Ante esta realidad, CSL Vifor declara: “Nos impulsa nuestro compromiso con los pacientes de todo el mundo y, junto con nuestros socios, nos comprometemos a seguir aumentando la concienciación, ayudando a los pacientes a reconocer sus síntomas y mejorando el acceso a la atención”.
Para saber más sobre la importancia de la equidad, el diagnóstico temprano y el reconocimiento de los síntomas de la deficiencia de hierro, visita www.takeironseriously.com/
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