Ah, Morena, ese partido que ha encontrado en la propaganda un nuevo sentido de vida, como si de verdad le tuviera miedo a la realidad. Ya saben, esa realidad que le grita al oído que el país está en llamas mientras ellos prefieren hablar del «fantasma» de la ultraderecha que, según ellos, quiere derrocar al gobierno. La historia es la misma, repetida como disco rayado. ¡No hay nada como el arte de desviar la atención, amigos!
Ahora, que si hacemos un análisis más serio de la situación, nos damos cuenta de que aquí hay un truco publicitario que es digno de los mejores magos: miren a su izquierda, mientras por la derecha se están robando su cartera. Mientras el pueblo se ahoga en botellas de agua y aumento de precios, ellos nos regalan debates sobre la «campaña de bots» que ataca a nuestra querida Claudia. Díganme, ¿es en serio? Con la realidad azotando, ¿y todavía tienen tiempo para buscar en Twitter a sus verdugos?
Ya saben, estos ataques a la presidenta son como el classic de «¿dónde está el dinero?» En lugar de enfocarse en abordar la inseguridad, la pobreza o esa sensación de que cada vez se vive más como en un capítulo de «La Casa de Papel», prefieren lanzar el sacrosanto «conspiración» de la ultraderecha. Estaría bien si no fuera porque, en lugar de soluciones, lo único que nos están vendiendo son cuentos de terror que darían más risa que miedo, si no fuera porque, ahí sí, nos toca a todos pagar la cuenta.
Vámonos por partes. Este asunto de los bots es una maravilla. Ya no es suficiente con contrarrestar las críticas constructivas que puedan surgir, ahora es más fácil ponerle a los críticos una etiqueta de «bots agazapados». Como si de verdad fuéramos a caer en esa nimiedad. Es como si el gobierno pensara que somos el típico niño que cree en Santa Claus y no quiere aceptar que sus papás son los que traen los regalos. No, chavos, no estamos comprando el cuento.
Y aquí entramos al meollo del asunto. En lugar de tomar el toro por los cuernos, prefieren esconderse detrás de su propaganda. En lugar de enfrentar el descontento, sacan el manual del político que repite como loro las mismas ideas de siempre, esperando que al pueblo se le pase lo que le duele. Están como el niño en el salón que se tapa los ojos y grita «¡Ya no te veo!» pensando que su problema desaparece por arte de magia. Spoiler: no funciona así, carnal.
Así que, mientras tenemos crímenes por doquier y descontento social, aquí estamos, escuchando las repetidas palabras de “tenemos que cuidar la democracia” o “la ultraderecha quiere tumbar a nuestro gobierno”. Neta, a veces siento que se olvidan que en el fondo lo que la gente quiere son soluciones, no cuentos de terror de Halloween. Morena, les falta pizca de reality check, y muchos más viajes a la realidad.
¡Qué tiempos para estar vivos y ver cómo la política se convierte en la mejor comedia del teatro nacional! Así que, al pueblo, solo les dejo una pregunta en el aire: ¿quién realmente está en el poder y quién es el que se esconde detrás de la propaganda? ¡Porque la realidad, amigos, no miente!
