Venezuela

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Los antecedentes de Nicolás Maduro en política se remontan a 1992 cuando, sin todavía conocerlo, se convierte en seguidor del teniente coronel Hugo Chávez. Como miembro de la Liga Socialista, Maduro participó en su segundo fallido intento de golpe movilizando soldados y civiles. Para entonces era miembro del Movimiento Bolivariano Revolucionario MBR-200, lo que sería más tarde el Movimiento Quinta República y hoy en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

La vertiginosa carrera política de Maduro siguió en 1998, cuando Chávez, electo presidente de Venezuela, lo apoyó para ser miembro de la nueva Asamblea Constituyente para presidir la Comisión de Participación Ciudadana que impulsó una nueva Constitución cambiando de nombre al país por el de  República Bolivariana de Venezuela.

Nombrado en 2005 ministro de Relaciones Exteriores entre 2006 y 2013, Maduro fortaleció las relaciones con algunos los países latinoamericanos opositores al “imperio gringo”, ayudando con abundantes petrodólares tanto a Fidel Castro, como a Lula da Silva, Rafael Correa, Daniel Ortega y a Evo Morales. Con petrodólares compró productos de Irán, Palestina, China, Rusia, Bielorrusia y Siria, sirviendo de gran puente para la amistad entre Hugo Chávez y el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.

Las posturas de política exterior de Venezuela incluyeron el fin de relaciones no oficiales con Taiwán en favor de la República Popular China, el apoyo a Libia bajo Muamar el Gadafi, la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel durante la guerra de Gaza de 2008-2009, el reconocimiento y establecimiento relaciones con el Estado de Palestina, y el apoyo a Bashar al Assad en Siria.

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En 2013 Chávez, con un cáncer recurrente, nombra a Maduro vicepresidente declarándolo su sucesor en caso de su muerte, que ocurrió poco después.  Para entonces Chávez había ya había cumplido la mayoría de sus promesas de campaña como la aprobación de la Asamblea Nacional Constituyente por el Congreso, con una mayoría de 121 de un total 131 escaños. A su vez, el Congreso pronto fue disuelto por decisión de la Corte Suprema, que declarara a la propia Asamblea como Plenipotenciaria. Se extendió el mandato presidencial a seis años y se habilitó la reelección  del propio Chávez. Se le dio el voto a los militares, nombrando a oficiales en el nuevo gobierno, terminando así con 40 años de presidentes civiles. Asimismo, se hicieron “megaelecciones” presidenciales, regionales y parlamentarias para “relegitimar” todos los poderes. Entre las reformas más importantes destaca la disolución de la Corte Suprema con el actual Tribunal Supremo de Justicia.

Todas las anomalías de las elecciones celebradas en Venezuela bajo el régimen de Maduro han sido impugnadas por la oposición y llevadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuya mayoría de países miembros han desconocido sus resultados.  

En lo económico Nicolas Maduro, ha seguido la misma línea de las políticas de su antecesor: una economía endeudada, elevadas tasas de inflación imposibles de resolver, un alto gasto público, problemas de escasez de bienes, resultante en una emigración de ocho millones de venezolanos y, por añadidura, una criminalidad incontrolable. La dictadura de Maduro ha sumido a Venezuela en el más profundo subsuelo de la miseria en todos los órdenes, además de que el país es un centro de distribución de drogas al mercado estadunidense.

Las recientes declaraciones del presidente Trump señalando que “cualquier país que produzca, trafique y venda drogas a EU “está sujeto a ataques”, lo que ha llevado a imponer nuevas sanciones contra el régimen chavista y, para probarlo, Washington lleva ya 23 narcolanchones destruidos, tanto en el Pacífico como en el Caribe, y 82 muertos.

Washington enfoca sus energías para derrocar el régimen de Maduro, algunos con altos cargos del gobierno han sido oficialmente designados por Estados Unidos como miembros del Cártel de los Soles, una organización terrorista internacional y que, al parecer, es socio del Cártel de Sinaloa, lo cual pone a México en una situación muy delicada. Las mafias mexicanas igualmente abastecen el mercado de EU. El tema, por lo tanto, es de suma importancia por la actividad que los agentes estadunidenses podrían desempeñar en nuestro territorio.

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