Una crisis mayor que la griega

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Las noticias, comentarios y opiniones sobre la crisis griega han hecho creer que su situación económica los conduce al peor de los mundos posibles. Pero a pesar de sus reiteradas crisis, la economía y sus medios de comunicación funcionan, la seguridad es de primera, el turismo disfruta del país, calles y carreteras están sin baches. Sin embargo una mucho más grave situación se ha levantado en ese país y en todo el Mediterráneo oriental: la de quienes huyen de la lucha fratricida en Siria y en general de la miseria en África y de algunas regiones de Medio Oriente.

Las noticias de quienes huyen de Siria no es nueva. Las hemos leído durante años, pero cada día son más los que emprenden el camino a una supuesta seguridad y a mayor progreso material. A semejanza de un enorme río Bravo que separa las economías del mundo desarrollado y en desarrollo, el mar Mediterráneo separa a África de la Europa próspera. Y quienes están dispuestos a todo por una vida mejor tampoco se detienen por un obstáculo natural que pueden franquear.

De esa manera España, Francia, Italia y Grecia han recibido miles de migrantes árabes y subsaharianos que buscan una vida mejor. Pero siendo Grecia el país más meridional y más oriental del Mediterráneo, recibe además, a las centenas de miles de sirios que huyen de la lucha fratricida en su patria. Una guerra civil con niveles de crueldad semejante a los de la de Bosnia, con contendientes que no dudan en agredir a la población civil.

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Quienes buscan refugio económico tienen como meta el afluente norte europeo, en especial Alemania, pero también los sirios creen que en ese país los recibirán con los brazos abiertos y hacia allá intentan avanzar. Como son un núcleo considerable de población, los gobiernos de los países en su camino los toleran y permiten que asociaciones los ayuden, incluso facilitan su traslado para que evitar que se queden con ellos.

A pesar de incidentes como el sucedido en la frontera norte de Grecia, miles de sirios continúan avanzando a lo largo de carreteras y caminos en Kosovo y Serbia. Para prevenir más incidentes cuando lleguen a Hungría, Austria y a la misma Alemania urge una solución europea para resolver el problema de quienes buscan refugio.

La crisis económica griega es un problema grave, pero la tragedia humana que genera el conflicto sirio es enorme. Se requiere que los países industrializados encuentren la forma de terminar con esa guerra; los métodos militares han probado su ineficacia, y habrá que recurrir a la presión internacional y a los métodos diplomáticos. La tragedia humanitaria no puede dejarse de lado o se enfrentará un desastre aún mayor.

La crisis económica ha dejado tanto a Grecia como a Europa muy lastimadas. No atender a quienes huyen del conflicto armado y de la miseria no sólo afrenta contra la humanidad y la solidaridad. Dejar de hacer lo necesario va a generar presiones indeseables en el corazón de la propia Europa


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