Desde el inicio de su carrera política, tanto en su primer mandato como en el actual, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mantenido un discurso crítico hacia México, particularmente en relación con el crimen organizado y el tráfico de drogas. Estas declaraciones, que han generado tensiones diplomáticas, se han repetido en múltiples ocasiones durante sus campañas y mandatos.
Este informe recopila y analiza las principales instancias en las que Trump ha acusado al gobierno mexicano de estar vinculado al crimen organizado o de ser incapaz de enfrentarlo, basándose en fuentes verificables y comentarios en redes sociales, manteniendo un enfoque imparcial.
En junio de 2015, al anunciar su candidatura presidencial, Trump afirmó: “Cuando México envía a su gente, no envía a los mejores. Traen drogas, traen crimen, son violadores, y algunos, supongo, son buenas personas”. Esta declaración marcó el tono de su narrativa, asociando a México con el crimen y el narcotráfico. En julio de 2015, reforzó esta idea al tuitear que México “no es nuestro amigo” y que “está matándonos en la frontera y en empleos y comercio”. Estas afirmaciones iniciales se centraron en los migrantes, pero también insinuaron una colusión del gobierno mexicano con actividades criminales al no controlar la frontera.
En 2016, tras la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Trump tuiteó que el gobierno mexicano era “totalmente corrupto”. Esta declaración sugirió que las autoridades mexicanas permitían o facilitaban las operaciones de los cárteles. Durante su primera presidencia (2017-2021), Trump intensificó su retórica. En 2020, amenazó con designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y exigió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) demostrar compromiso contra el narcotráfico, bajo amenaza de sanciones por incumplir acuerdos internacionales antidrogas. Ese mismo año, el caso del general Salvador Cienfuegos, arrestado en EE.UU. por presuntos nexos con el narcotráfico y liberado tras presiones mexicanas, fue usado por Trump para cuestionar la voluntad de México de combatir a los cárteles.
En su segundo mandato, iniciado en 2025, Trump ha continuado con esta narrativa. El 12 de enero de 2025, afirmó que México está “esencialmente manejado por cárteles”. El 18 de febrero de 2025, reiteró que “México está dirigido en gran medida por los cárteles” y ofreció ayuda militar para combatirlos, oferta que la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó, defendiendo la soberanía mexicana. En marzo de 2025, durante un discurso ante el Congreso, Trump declaró: “Los cárteles están librando una guerra contra América, y es hora de que América libre una guerra contra los cárteles”. Más recientemente, el 16 de julio de 2025, acusó a los cárteles de tener “tremendo control” sobre México, incluyendo influencia sobre políticos y funcionarios electos.
#ALMOMENTO | Trump acusa a cárteles mexicanos de tener “tremendo control” en México.
El presidente de EE.UU. afirmó que los cárteles tienen influencia “sobre los políticos y las personas electas” en el país.👇 pic.twitter.com/QuZy2aets5
— Azucena Uresti (@azucenau) July 16, 2025
Estas declaraciones han coincidido con acciones concretas de su administración. En enero de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva designando a los cárteles como organizaciones terroristas, describiéndolos como entidades que “funcionan como cuasi-gubernamentales en ciertas partes de México”. También ha presionado a México con amenazas de aranceles del 25% sobre sus exportaciones si no intensifica la lucha contra el narcotráfico y la migración ilegal. Estas medidas han llevado a México a extraditar a 29 presuntos narcotraficantes en febrero de 2025, incluyendo a Rafael Caro Quintero y líderes de los cárteles de Sinaloa y Los Zetas.
Sin embargo, las acusaciones de Trump no han estado exentas de críticas. Estudios como los de la Universidad de Massachusetts-Boston y el American Immigration Council muestran que los inmigrantes, incluidos los mexicanos, tienen tasas de criminalidad más bajas que los ciudadanos nacidos en EE.UU. Además, expertos como Vanessa Rubio-Marquez señalan que la cooperación bilateral en materia de seguridad ha sido constante durante décadas. Por otro lado, la retórica de Trump ha sido vista como una herramienta política para movilizar a su base electoral, aunque también ha generado tensiones con México, país que insiste en su soberanía y en combatir el narcotráfico sin intervención extranjera.
En resumen, las acusaciones de Trump contra México por su supuesto vínculo o permisividad con el crimen organizado han sido una constante desde 2015, evolucionando de comentarios generales sobre migración y crimen a señalamientos directos contra el gobierno mexicano. Estas declaraciones, aunque impactantes, deben contextualizarse dentro de su estrategia política y las complejidades de la cooperación bilateral. México ha respondido con acciones como extradiciones, pero la relación sigue siendo tensa, especialmente bajo la amenaza de intervenciones militares o sanciones económicas.
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