El pleno del Senado de la República debatió este 15 de febrero una posible investigación sobre el caso de José Ramón López Beltrán y un presunto conflicto de intereses con empresas contratistas de Pemex.
En medio de acusaciones de corrupción entre legisladores de oposición y del bloque oficialista, al final el bloque de Morena, PT y Partido Verde determinaron rechazar un punto de acuerdo para que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de la Función Pública (SFP) investiguen contratos de Pemex con la empresa Baker Hughes por un presunto conflicto de intereses de la familia presidencial, con 62 votos en contra y 42 a favor.
Todo en el marco de una sesión que terminó en insultos entre senadoras de Morena y del PAN. La sesión tuvo una pausa de casi cuatro horas para lograr un acuerdo para reglamentar el debate. Esto debido a que las senadoras panistas instalaron una maqueta de la residencia de Houston, conocida como la #CasaGris, que provocó el enojó de los senadores de Morena, quienes exigieron su retiro para continuar el debate.
El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, en tribuna, aseguró que su partido no rehúye el debate y defendió la integridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“Porque no tenemos nada que ocultar. Tenemos al presidente de la República, el mejor en la historia reciente del país” ello a pesar del estruendo y el ruido mediático que provocan los sectores conservadores. “Lo que no aceptamos es la descalificación perversa”, apuntó el senador zacatecano.
Por su parte, la panista Kenia López, quien promovió el punto de acuerdo, argumentó que México está cansado de la corrupción y desilusionado de este gobierno:
“¿Saben por qué está molesto el pueblo de México?, porque en lo que los mexicanos estaban buscando oxígeno, o un hospital o medicinas, la familia del presidente vivía en una mansión, nadaba en una alberca gigante” y agregó que “la casa gris es claramente la corrupción desde adentro”.
Claudia Anaya, senadora del PRI, indicó que el problema de la estrategia del Gobierno Federal es la hipocresía de una austeridad republicana, porque “ese chamaco no había trabajado 40 años y aparece en esa casa”, dijo sobre López Beltrán y su desarrollo profesional. “El problema es que cuando haya señalamientos, que se investigue, que se limpie, pero cuando se usa todo el poder político presidencial, es acabar con los medios de comunicación”, agregó.
Posteriormente, exhortó a todos los senadores, incluidos los de Morena, a votar por una investigación que determine si hubo o no conflicto de intereses, “por el bien de la investidura presidencial y por el bien de la familia presidencial”.
Juan Zepeda, de Movimiento Ciudadano, dijo que ese partido jamás hemos sido comparsas de alguno de los dos bloques en confrontación, pero “no puede un presidente defender a un hijo que de la nada puede vivir en casas como esta” por lo que “no podemos hacer condenas, ni defensas a ultranza. Se tiene que investigar, sin duda alguna”.
Emilio Álvarez Icaza, del grupo plural, dijo que existen elementos para investigar un posible conflicto de intereses y tráfico de influencias porque Pemex aumentó los contratos de 66 a 346 millones, casi cinco veces, coincidentemente a la empresa que le rentó al hijo del presidente.
La senadora por Morena, Bertha Alicia Caraveo, acusó la oposición de estar desesperados porque perderán las próximas elecciones y dijo que “ustedes no están con la prensa de a pie, están con la prensa corporativa que realiza montajes, montajes como el que pretenden hacer en este pleno”, ello en alusión a la réplica de la casa gris.
Además, envió un abrazo y su solidaridad a José Ramón López Beltrán y su familia, así como concluyó su intervención con la arenga “es un honor estar con Obrador…”, acompañada por el resto de los senadores morenistas.
Mientas la panista, Lilly Téllez, se burló de la arenga: “Que conmovedor que le manden abracitos al hijo del presidente, besos y abrazos. Que agachados”. Y agregó: “Siempre dicen que es el mejor Presidente del universo, es popular, como lo es la comida chatarra, le gusta a mucho, pero como la comida hace daño, destruye a la República”. Mientras recibía insultos por parte del bloque oficialista, que la acusaron de traidora al movimiento por cambiar de bancada.
La senadora morenista, Martha Lucía Micher, aseguró que las acusaciones son “un tema personal que no tiene nada que ver con la agenda pública o con el poder público presidencial porque no es de interés público conocer la empresa, ni nada”.
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