¿Qué hacemos con los gobernadores?

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En días pasados, en columnas, artículos, análisis y redes sociales varios gobernadores han estado bajo la lupa respecto a su actuación en los estados que dicen administrar. Constantemente se crítica su actuar, se pregunta por qué siguen en el cargo y se detalla lo que se considerar errores en su administración. Pero también pasa el tiempo y los mandatarios señalados siguen en su cargo.

Resistentes

Javier Duarte, Jaime Rodríguez, Roberto Borge, Silvano Aureoles, César Duarte, Eruviel Ávila, Rafael Moreno Valle son muestra de gobernantes cuestionados tanto en la prensa como en redes sociales. Las críticas van desde irregularidades económicas, asuntos de (in)seguridad pública, sospechas de corrupción, desvío de recursos hasta temas del corazón con alguna estrella de la farándula.

El problema es que no son los únicos ni los últimos en esta categoría, pues hace poco este tipo de acusaciones se centraban en personajes como Guillermo Padrés, Rodrigo Medina, Humberto Moreira, Tomás Yarrington, Arturo Montiel, así como una larga lista que se amplía conforme vayamos avanzando en administraciones pasadas.

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Y sí, en la lista hay integrantes tanto del PAN como del PRI y del PRD o el Verde, además del primer independiente en ganar una gubernatura. Prácticamente todos los partidos que han ganado una gubernatura en su historia tienen a un representante en el banquillo de los acusados.

Es claro que hay señalamientos que responden más a cuestiones de oposición política, que a veces no se pueden probar pero la simple mención de las mismas basta para hacer el trabajo en contra del señalado, pero hay otras que se nutren de evidencias que son reflejadas en medios de comunicación tradicionales y redes sociales.

El contexto actual nos muestra a una opinión pública activa que revisa muchas de las decisiones de los mandatarios estatales –en ocasiones sin información o repitiendo acríticamente–, a la vez que los encargados de la comunicación social gubernamental se muestran lentos de reflejos ante los constantes señalamientos que se hacen en espacios de opinión y redes.

Estar en los zapatos de algunos de los gobernadores mencionados al inicio de esta colaboración debe ser algo sumamente difícil. Piensen un momento lo que deberá pensar Javier Duarte en Veracruz, a quien le deben entregar una síntesis de prensa en la que aparece en forma constante cuestionado, acusado de ser el responsable de una multitud de temas y anunciando su salida del cargo.

La semana pasada, Salvador García Soto reveló en su columna de El Universal que tantos señalamientos en su contra lo habían llevado a la depresión, llegando incluso a tomar medicamentos para aparecer en público, afectando además a su familia.

Debe ser duro encabezar una responsabilidad como es la de un gobierno estatal y, encima, cargar con un desprestigio enorme, tanto por una oposición activa, errores del equipo de trabajo que nos acompaña como por las propias equivocaciones aderezadas con soberbia.

Y además de lo anterior, tener cerca un proceso electoral en el cual el mandatario será usado como piñata o amenazado con la cárcel como sucede hoy en Veracruz.

Así que conviene preguntarnos qué hacemos con los gobernadores, pues si bien hay antecedentes como los de Mario Villanueva o Andrés Granier –quienes han sido encarcelados–, para la opinión pública ni han sido suficientes ni han servido como un disuasivo para los demás casos que hemos comentado en este espacio.

Otro tema a revisar es el de los contrapesos en los estados, tanto en las legislaturas locales como en los órganos de fiscalización, asunto que ha merecido leyes de recién aprobación así como de la actuación de la Auditoria Superior de la Federación para revisar los recursos de las participaciones federales.

En tanto se encuentra una respuesta a la pregunta planteada, seguiremos siendo testigos de más señalamientos en contra de los gobernadores como figuras centrales del sistema político nacional, como sucede con el Presidente de la República en estos momentos.

Y también debemos renovar nuestra capacidad de asombro porque pese a todo lo que se debe enfrentar, haya quien busque ser gobernador. Dicen que el dinero no compra la felicidad, aunque quien sabe si la tranquilidad al dejar el cargo.

Del tintero

Si la semana pasada se les ocurrió consultar Wikipedia para saber que efeméride se celebraría una día como hoy, 14 de marzo, se encontraron con la sorpresa que dicho portal ya incluía lo que sucedería en el futuro, ya que en la página en cuestión aparecía: “2016: A las 1:34:08 (hora local) sucede un fuerte terremoto de 7.3 grados sintiéndose desde Guayaquil hasta Trujillo”. Sería bueno que nos adelantarán no sólo información para prevenir una tragedia, como la descrita, sino uno que otro resultado deportivo, de la lotería o, al menos, que el redactor reconozca el error.

Por cierto que un día como hoy, pero de 1948, se aprobó por parte del Senado de los EU el famoso plan Marshall. Algo similar, por supuesto que no pasa por la mente de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana, más interesados en ganar el voto de extremistas que en una visión global.

Twitter: @AReyesVigueras


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