Morena: Lujos que Pueden Costar Caro

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¡Ay, Morena, Morena! Ese partido que llegó prometiendo austeridad republicana y «primero los pobres», pero ahora parece que algunos de sus figurones se han olvidado del memo. Imagínense: mientras el pueblo batalla con el gasolinazo eterno y la inseguridad que no se va del todo, hay quienes en el guinda andan de jet-setters por Capri o luciendo carteras que cuestan lo que un semestre de universidad. Y no es chisme de vecina, eh: el New York Times hasta les dedicó un reportaje en octubre, cuestionando cómo líderes morenistas viajan en primera clase y viven como rockstars, cuando el discurso oficial es de humildad franciscana. ¿Será que el poder transforma hasta al más austero?

Pero ojo, no todo es bronca. En el gobierno de la 4T, hay avances que no se pueden negar. Los programas sociales han sacado a millones de la pobreza, como presume Luisa María Alcalde: pensión para adultos mayores, becas para chavos, y un aumento del 12.4% en la clase media entre 2018 y 2024, según el Banco Mundial. En seguridad, la estrategia de Sheinbaum reporta bajas en homicidios y feminicidios –un 25% y 34% menos, dice el Informe de Gobierno 2025–. Reducciones que, aunque no resuelven el desmadre en estados como Michoacán o Guerrero, dan un respiro y mantienen el apoyo de la base. El Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 lo pone claro: más bienestar, más justicia social, y un enfoque en pacificar el país sin balazos a lo loco.

Sin embargo, los escándalos de corrupción y ostentación –como los de Gerardo Fernández Noroña o Andy López Beltrán en Japón– están pegando donde duele. Encuestas como las de Demoscopía Digital y La Encuesta MX muestran que Morena aún lidera preferencias para gubernaturas en 2027 en sitios como Sinaloa, Zacatecas y Chihuahua, e incluso para la presidencia en 2030. Pero ¡cuidado, carnales! Otras mediciones, como la de El Universal en mayo, indican una erosión: el partido ha perdido puntos en intención de voto para diputados federales, bajando del cielo al suelo en algunas regiones. El enojo por la hipocresía –predicar pobreza mientras viajan en yates– se filtra en redes y podría traducirse en votos perdidos. ¿Recuerdan el «ya chole» con la corrupción? Pues ahora el fantasma persigue a los propios morenistas, como señala Expansión Política.

En resumen, Morena apuesta a que los abrazos y los apoyos sociales tapen los lujos y las corruptelas. Pero si las encuestas siguen bajando, el 2027 podría ser un despertar rudo. ¿Seguirán los votantes tragando camote con tanta contradicción? Ahí les dejo la reflexión, sin ofender a los que sí trabajan por el cambio. ¡Órale, México, a votar con los ojos abiertos!

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