»Como primera Presidenta de México nuestra obligación es proteger a las mujeres», señaló en su conferencia de prensa del pasado 3 de octubre la presidenta Claudia Sheinbaum, esto al presentar el primer paquete de iniciativas de reformas constitucionales, que serán enviadas hoy al Senado de la República, para garantizar la igualdad sustantiva; la perspectiva de género y el derecho a una vida libre de violencia.
Con anterioridad, la nueva mandataria señaló que «lo que no se nombra no existe» al pedir que se le mencione como «presidenta» y no como presidente, marcando el inicio de su sexenio como uno que tendrá como una de sus prioridades a las mujeres.
Pero la nueva presidenta ha evitado nombrar, hasta el momento, a las madres buscadoras de desaparecidos, a las niñas enfermas de cáncer que no tienen acceso a medicamentos, a las mujeres que sufren feminicidios u otro tipo de agresiones sexuales, a las trabajadoras del gobierno que enfrentan el riesgo de perder sus empleos por el recorte que se está anunciando como parte de los planes para reducir el déficit heredado de la administración anterior, como tampoco a las periodistas que han sido agredidas al realizar su trabajo en un país con asesinatos de comunicadores sin aclarar.
Tampoco mencionó a las mujeres víctimas de la violencia por la lucha de los cárteles del narcotráfico y que lo único que tienen es abrazos mortales, como tampoco a las niñas que se quedan sin padres por el mismo motivo.
Pero como el país está en paz, como ha dicho la presidenta y su secretaria de Gobernación, siguiendo la costumbre de su mentor político, seguiremos sin que se mencionen a los que manchan esa imagen idílica de un país que sólo existe en sus fantasias ideológicas.
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