La Estrategia de Seguridad Nacional de Trump y sus Implicaciones para México

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El actual es un momento crítico en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México. El 5 de diciembre de 2025, la administración de Donald Trump publicó su Estrategia de Seguridad Nacional 2025, un documento de 33 páginas que revierte décadas de políticas multilaterales para priorizar un «realismo flexible» centrado en la supremacía estadounidense. En su núcleo, se revivifica la Doctrina Monroe de 1823 —originalmente un aviso a Europa para no interferir en las Américas— mediante un «Corolario Trump», que extiende la influencia exclusiva de EE.UU. al hemisferio occidental entero, excluyendo a potencias como China y Rusia. Esto implica acciones unilaterales para contrarrestar «incursiones hostiles», como la presencia china en infraestructura crítica (incluyendo México, visto como «puerta trasera» para exportaciones chinas), migración masiva, narcotráfico y control de activos estratégicos (e.g., Canal de Panamá, Groenlandia).

Para México, esto representa un desafío directo: el documento etiqueta a los cárteles como «narco-terroristas», autoriza «fuerza letal» si es necesario y vincula la soberanía mexicana a la cooperación en seguridad fronteriza y cadenas de suministro. Trump no menciona explícitamente invasiones, pero el tono es condicional: México debe alinearse o enfrentar «despliegues militares» para «proteger el homeland» estadounidense. En redes como X, esto ha generado alertas sobre una «deriva belicista» que amenaza la soberanía regional, con llamados a la unidad antifascista desde Venezuela hasta México.

La Ausencia de una Estrategia Mexicana Integral

México no ha formulado una Estrategia de Seguridad Nacional actualizada que responda específicamente a esta agenda trumpista. La presidenta Claudia Sheinbaum presentó el 8 de octubre de 2025 una Estrategia Nacional de Seguridad, enfocada en la Guardia Nacional, erradicación de corrupción y derechos humanos, pero es primordialmente interna y de «seguridad pública», no una doctrina exterior integral. No aborda el «Corolario Trump» ni equilibra independencia con el T-MEC (USMCA), que genera el 80% de las exportaciones mexicanas y el 40% del PIB. Además, la Secretaría de Relaciones Exteriores está acéfala, lo que agrava la falta de coordinación diplomática.

Sectores como la «Nueva Derecha» mexicana han respaldado la estrategia de Trump, viéndola como un «blindaje» contra «globalismo woke» y China, y pidiendo cooperación en narcotráfico para «recuperar soberanía». Sin embargo, analistas la critican como «histrionismo con baja capacidad operativa», urgiendo una respuesta regional basada en soberanía. En X, debates giran en torno a México como «patio trasero» o plataforma de nearshoring.

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El Equilibrio Difícil: Propuesta para una Estrategia Mexicana

Lograr independencia, seguridad y beneficios del T-MEC requiere una doctrina «híbrida» que transforme amenazas en oportunidades. Aquí una propuesta estructurada, basada en el análisis de la estrategia trumpista y vulnerabilidades mexicanas (e.g., 1.7 billones de pesos en remesas de EE.UU., pero dependencia de insumos chinos en el 30% de la industria automotriz). Esta no es exhaustiva, pero prioriza acciones factibles para 2026.

PilarObjetivoAcciones ClaveRiesgos MitigadosBeneficios para T-MEC
Soberanía DiplomáticaMantener autonomía frente a injerencias, rechazando «tutela externa».– Fortalecer alianzas en CELAC y BRICS para contrapesar Monroe 2.0. – Negociar bilateralmente con EE.UU. un «Pacto Hemisférico» que reconozca soberanía a cambio de metas compartidas en migración. – Designar urgente un canciller con experiencia en RI (e.g., ex-embajador en Washington).Intervencionismo militar (e.g., en cárteles).Estabilidad comercial; evita aranceles del 25% propuestos por Trump en autos.
Seguridad Compartida pero AutónomaColaborar sin ceder control territorial.– Aceptar inteligencia compartida contra cárteles (designados FTO), pero con operaciones mexicanas lideradas por GN. – Invertir 10% más en ciberseguridad para contrarrestar espionaje ruso/chino (EE.UU. ya entregó lista de 24 espías rusos en México). – Expandir frontera sur con 5,000 elementos para manejar deportaciones masivas (presupuesto INM subestimado en 2025).Narcotráfico y migración como pretexto para intervenciones.Reduce flujos que Trump usa para presionar; fortalece nearshoring (inversión china en México como «aliada controlada»).
Diversificación EconómicaReducir dependencia de EE.UU. (83% exportaciones) sin antagonizar.– Acelerar nearshoring con incentivos fiscales para firmas de EE.UU./Europa, limitando chino a no-estratégico. – Renegociar T-MEC en 2026 enfocando «cadenas críticas» (e.g., semiconductores en Sonora). – Impulsar exportaciones a Asia/UE vía CPTPP, apuntando a +15% en 2030.Amenazas comerciales por «proxy chino».Mantiene acceso a mercado de 500M consumidores; genera 1M empleos en nearshoring.
Resiliencia InternaFortalecer cohesión nacional contra presiones externas.– Actualizar Ley de Seguridad Nacional para incluir amenazas híbridas (ciber, desinfo). – Campaña pública de «soberanía compartida» para contrarrestar narrativas pro-Trump internas. – Coordinar con Brasil/Canadá para un «frente norteño» en OEA.Divisiones internas (e.g., apoyo de Nueva Derecha).Atrae inversión FDI (+20% proyectado en 2026 si se alinea selectivamente).

Esta estrategia costaría ~2% del PIB inicial (alrededor de 500 mil millones de pesos en 2026), financiable vía reasignación presupuestal y bonos verdes para nearshoring. El equilibrio radica en la «zanahoria y garrote» recíproco: México ofrece datos migratorios y anti-narco a cambio de exenciones arancelarias, mientras diversifica para no ser «rehén». Expertos como Gerardo Rodríguez destacan a México como «plataforma clave» para Trump, pero solo si negocia desde fuerza.

En resumen, el «Corolario Trump» es una oportunidad disfrazada de amenaza: obliga a México a madurar su doctrina exterior. Sin acción rápida, el riesgo es mayor sumisión; con ella, México podría emerger como pivote regional, preservando el T-MEC mientras gana autonomía.

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