La semana pasada fue una que puede calificarse como mala, en términos de imagen, para el joven dirigente nacional del PAN. En espacios de opinión, su figura fue cuestionada por lo que se considera falta de atención a temas importantes para el partido. Aunado a esto, el comisionado anticorrupción reveló en entrevista que aún no puede trabajar en tanto el INE no apruebe la última reforma de estatutos. Un panorama complicado para el blanquiazul.
Lentitud
En los pasillos del CEN y entre militantes corre una pregunta acerca de la falta de actividad, que se suma a la continuación de despidos en varias instancias partidistas, así como la nula planeación en lo que va de la presente administración.
Dicha pregunta tiene que ver con lo qué pasa en la dirigencia nacional, pues no son pocos los comentarios que se refieren a la falta de atención a distintos temas que se van postergando, en contraste al empeño que se pone en lo electoral, rubro en el que tampoco han tenido buenos resultados.
Por si fuera poco lo que al interior se comenta, en medios se han publicado artículos y columnas en los que se pone en entredicho la capacidad del Presidente del Partido en el contexto de un año electoral complejo para esta fuerza política, así como la lucha interna para definir la candidatura presidencial de 2018.
Temas como las alianzas, la designación de candidatos para las gubernaturas en 2016, el tema de la llamada “chapodiputada” y los trabajos de la comisión anticorrupción, completan el menú de puntos en los que la crítica en contra del líder nacional azul se ha intensificado.
La concreción de alianzas con el PRD, que no ha dejado satisfechos a muchos militantes, es parte del enfoque negativo. El fracaso por acordar la de Puebla, se ha interpretado como un intento de Ricardo Anaya por descarrilar las aspiraciones de Rafael Moreno Valle, colocando además al PAN en la posibilidad de perder esta gubernatura.
A esto se suma el cuestionamiento por candidatos como el de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, de quien se han publicado antecedentes que lo ligan a actos criminales, o la de Miguel Ángel Yunes Linares en Veracruz, tema en el que regresa aquella llamada que, interceptada ilegalmente, mostraba una conversación entre el ahora candidato y el, en ese momento, secretario general Anaya Cortés, en la que se hablaba de documentos y, en opinión de algunos, de dinero.
Pero no fue el único episodio que involucró a ambos, pues en agosto de 2014, Federico Arreola recibió, como director del portal SDP Noticias, un sobre con las transcripciones y una memoria USB con el audio de una conversación entre Yunes Linares y Miguel Martínez Peñalosa, en la que se conversa acerca de documentos que serán entregados, lo que abrió la puerta a especulaciones acerca de lo que realidad estaban acordando.
Si bien Anaya ha aclarado que dichos audio han sido editados, la duda ha sido sembrada y vuelve a emerger en el contexto de la alianza entre el sol azteca y el blanquiazul en Veracruz con el propio Yunes Linares como candidato.
Otro asunto en el que la actual dirigencia nacional no ha atinado a ofrecer una respuesta convincente, tiene que ver con el origen de la diputada local en Sinaloa, Lucero Guadalupe Sánchez López, y quienes aceptaron que compitiera y se integrará a la fracción local del PAN en la legislatura estatal.
El detalle de que en el portal de Internet de los diputados de Sinaloa, aparezca en la ficha de la legisladora que ha militado en “su partido” desde 2011, ha desatado especulaciones acerca de si es o no panista. Ante el silencio, periodistas han reconstruido la ruta de la ahora llamada “chapodiputada”, señalando al anterior dirigente nacional, Gustavo Madero, como uno de sus promotores, junto a su colaborador Jorge Villalobos, oriundo de dicha entidad.
Aunque también en este rubro se comenta que esta falta de aclaraciones es parte de la estrategia de Anaya para reducir la influencia de su antecesor.
En la misma línea, hay que agregar los reclamos tanto de Felipe Calderón como de Margarita Zavala en este particular. Lejos de apaciguarse los ánimos entre lo que queda del calderonismo y el actual grupo dominante, los agravios se mantienen lo que augura más batallas al interior.
La derrota en Colima, asimismo, se suma a un balance malo para el PAN en estas primeras semanas del 2016, lo cual da un pronóstico negativo para las elecciones restantes este año.
La pregunta es, considerando los elementos anteriores, qué sucederá si el PAN no gana alguna gubernatura, perdiendo Puebla en el camino.
Para completar el cuadro, la reciente declaración de Luis Felipe Bravo Mena, presidente de la comisión anticorrupción, refleja la velocidad en la que se mueven los asuntos de importancia en el blanquiazul: no puede actuar hasta que el INE no apruebe la reforma de estatutos de noviembre del año pasado, aunque de igual manera, como ocurrió en el tema de los casineros que apoyaron a candidatos panistas, varios de los involucrados ignoraron las solicitudes para comparecer ante la comisión que investigó esto.
Pese al panorama descrito, Anaya sigue apareciendo en los spots del Partido, como si su única preocupación fuera cuidar su imagen.
Migajas
Van algunos ejemplos de artículos y columnas en las que se pone en entredicho la figura del joven dirigente nacional, como este texto de Carlos Puig en Milenio.
En su columna de Excélsior, Enrique Aranda plantea que los malos resultados podrían obligar a Anaya a remover de la secretaria de elecciones a Santiago Creel.
Para concluir, Alberto Aguirre en El Economista pregunta si estamos ante la debacle de Anaya y Roberto Rock en El Universal lo compara con Hamlet o con Narciso.
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