¡Órale, carnales! Bienvenidos a DeVotos y otros políticos Nonsanctos, donde desmenuzamos el circo político con más sal que un tamal de mole en día de muertos. Hoy, el tema es el pinche huachicol fiscal, ese vampiro que chupa miles de millones mientras los presidentes se limpian las manos con promesas de terciopelo. ¿Recuerdan a Andrés Manuel López Obrador, el Tata mesiánico que en 2018 juró por su madre que acabaría con la corrupción y el huachicol como si fueran plagas bíblicas? «¡Se acabó el robo de combustible, neta que ya no hay ni una gota!», tronaba en sus mañaneras, mientras el país aplaudía como borregos en tianguis. Seis años después, ¡zas! Sale el diesel ilegal a chorros, con buques fantasmas y aduanas más corruptas que un árbitro en final de copa.
Y ahora, en octubre del 2025, la doña Claudia Sheinbaum –la que heredó el cochinero– grita «¡No habrá impunidad!» y empieza a repartir esposas como dulces en kermés. Detienen a 14 chamacos, incluyendo cinco marinos en activo, por esa red millonaria de contrabando que metió 31 buques con fraude fiscal entre 2024 y 2025. ¡Más de 10 millones de litros en Tampico solos! La FGR anda oliendo más detenciones, y Sheinbaum anuncia trazabilidad para cada gota de combustible, como si pusiera GPS en las pipas. Hasta obliga a importadores a reportar su jugo negro, y un 70% de los mexicanos le da like, según encuestas de El País. Pero, ¡ay, nanita! En nueve meses ya van casi 3 mil casos detectados, y el Anuario de la Corrupción 2025 cuenta 51 escándalos en su primer año. ¿Limpieza o solo barrer bajo la alfombra de Palacio?
Lo chistoso –o lo trágico, según el tequila– es que todo apunta al sexenio del Tata. Él entregó puertos y aduanas a la Marina con fanfarria, prometiendo santidad, pero ahora la corrupción salpica hasta sus hijos, según el PAN y posts virales en X que lo llaman «el fraude más grande de la historia». Un general en retiro hasta lo acusa de chivo expiatorio en huachicol, y Luisa Alcalde –la secretaria que era su consentida– insiste en que «con AMLO se acabó el huachicol», pero ahora lo rebautiza como «contrabando extranjero». ¡Ja! ¿En serio, comadre? Si el escándalo es más gordo que la Estafa Maestra, y hasta Marco Rubio de EU mete las narices para que caigan los huachicoleros. ¿Mentira piadosa o complicidad con coludidos? En X, la gente truena: «AMLO ignoró o fue cómplice», y Sheinbaum defiende su integridad mientras el diesel inunda dependencias públicas.
Al final, doña Claudia parece la mucama que limpia el vómito del patrón borracho: actúa contra factureros, narcos en togas y funcionarios vendidos al crimen, pero el hedor viene de arriba. ¿Se saldrá con la suya o solo será otro capítulo de la telenovela «Corrupción sin Fin»? Tú di, lector: ¿AMLO mintió o el huachicol es como el tequila, siempre regresa? Suelta tu desmadre en comentarios, que aquí no hay santos.
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