En tierras potosinas es bien sabido que el gobernador, cobijado por el partido Verde, pretende impulsar a su esposa como su sucesora. Cuando en el Senado fue promovida la reforma anti-nepotismo, se hicieron evidentes las desavenencias entre Morena y el Verde, precisamente por ese tema.
A partir de ese contexto, la senadora Ruth González, cónyuge de Ricardo “El Pollo” Gallardo, se ha dedicado a llevar a cabo un gran número de reuniones y actos calificados en calidad de proselitistas, aprovechando tanto su carácter de legisladora como el ser la esposa del mandatario estatal.
Sin embargo, las últimas giras de la Presidenta Sheinbaum al Estado, ha sido patente su ausencia en los eventos, circunstancia que despertó el sospechosismo, pues tales decisiones solamente pueden provenir de los responsables de la logística de esos actos, a quienes encargaron la encomienda.
No obstante, el Consejo Estatal Electoral del Estado, que dicho sea de paso está controlado por el Ejecutivo Estatal, de buenas a primeras, envió una iniciativa de reforma constitucional al Congreso local, en el sentido de que la próxima contienda electoral del 2027, en la renovación de la gubernatura, solo podrían participar mujeres como candidatas.
El Poder Legislativo, después de haber sido agasajados por el titular del Poder Ejecutivo en una posada donde hasta camionetas de rifaron, en fast track e inclusive prácticamente sin debate alguno, aprobaron la reforma con el voto en contra de los diputados morenistas que son minoría, que desde luego tiene dedicatoria y destinataria.
Llama la atención esos acontecimientos, en virtud de que van en contra de la línea marcada no solamente por el Partido Morena, sino de la posición de Claudia Sheinbaum, que marca las directrices, sin embargo, tal parece que sus aliados los del Verde, siguen desafiándola.
Es preciso puntualizar la necesidad de llevar a cabo acciones afirmativas a favor de las mujeres para lograr la efectividad de paridad sustantiva de acceso a los puestos públicos, no obstante, en este caso, ese no es el punto, pues lo que está en juego nada tiene que ver con políticas de inclusión, sino de imposición, de continuidad bajo consigna.
Al parecer, no es el único gobernador con esas inquietudes, el de Nuevo León Samuel García se le acusa de tener intenciones similares para favorecer la candidatura de su esposa, seguramente está al pendiente del desenlace en San Luis Potosí.
Lo curioso del asunto consiste en que se coloca en una postura completamente contraria a la de Sheinbaum, quien ya hizo un pronunciamiento al respecto, dejando entrever un posible conflicto constitucional y, por supuesto, su inconformidad con la reforma.
El tema en particular causa especial atención por tratarse de materia electoral, cuando está en puerta la confección de una iniciativa de nivel nacional que pretende enviarse para ser discutida en el próximo periodo de sesiones y, en su caso, ser armonizada en los Estados.
Por lo pronto, la rebeldía de un gobernador es patente, pese a haber surgido de un partido aliado, si lo consecuentan será la pauta para otros, que quieren conservar permanentemente sus cuotas de poder aun a costa de enfrentar al centro.






































