La Dra. Iturbide analiza una serie de indicadores de la economía nacional y advierte de un inminente recorte al gasto público después de las elecciones.
La economía mexicana puede crecer cercanamente al 3% este año, pero existen factores como el desplome de los ingresos petroleros, la volatilidad cambiaria y la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, que tendrán que ser monitoreados para hacer los ajustes de política económica pertinentes.
En enero de 2015, de acuerdo con información de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, los ingresos petroleros totalizaron 56 mil 994 millones de pesos, lo que equivale a una caída de 43.5% real anual, frente al nivel del mismo mes del año pasado que fue de 97 mil 902 mdp. Esta baja obedece al descenso de 6.5% en la producción de petróleo y de 3.6% en la de gas natural, así como al menor precio de la mezcla mexicana de exportación. En el primer mes del año, ésta se vendió en un precio promedio de 52.4 dólares por barril, casi 40 dólares menos de lo que estaba en enero de 2014. De seguir esta tendencia, el agujero fiscal sería de 490 mil mdp en el año.
Sin embargo el impacto de los ingresos petroleros sobre los presupuestarios fue en parte compensada por el buen desempeño de los ingresos tributarios, que crecieron en enero a una tasa anual real del 12.7%. Este avance se explica, primordialmente, por el aumento en 186% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Así, de la diferencia entre el precio de producción e importación de la gasolina de 8 pesos en EU, frente a 13.57 pesos que es al que se vende en México, se tuvo una cifra positiva de 25 mil 43 mdp, o sea 300 mil mdp adicionales en 2015, si se mantiene la diferencia en precios.
Con el ejercicio anterior se tendría un faltante de 190 mil millones de pesos que con el recorte anunciado de 124 mil 300 mdp, casi quedarían completados. Además habría que considerarse las coberturas cambiarias contratadas a 79 dólares por barril y que se dispondrían a finales del presente año, lo que permitiría saldar las cuentas faltantes. No obstante, el punto crítico para el balance es el nivel que llegue la cotización de la mezcla de petróleo.
Por su parte, el gasto público ascendió en enero a 460 mil 826 millones de pesos, un aumento real anual del 18.1%. Los principales incrementos estuvieron del lado de los Ramos Administrativos, 58%, en tanto el gasto del IMSS cayó en 11.5%. Así el desequilibrio llegó a 91.5 mmdp y excluyendo la inversión productiva fue de 32.4 mmdp.
Por lo tanto, el déficit primario (excluyendo el pago de tasas de interés por la deuda), fue de 66 mil 585 mdp, tan sólo en enero de 2015. Este monto es preocupante y habrá que monitorear su desarrollo, por ahora el presupuesto de 2015 será apoyado por las coberturas petroleras más no así en 2016.
De esta manera, es probable que pueda producirse otro recorte al gasto después de la elecciones, además del ajuste presupuestal ya anunciado por las autoridades hacendarias. Así las cosas, el gasto público debe ser prioritariamente reorientado a programas que realmente impacten el crecimiento económico.
Asimismo, el 6 de marzo, Banxico tuvo que activar por segunda ocasión en tres meses el mecanismo de subastas inyectando 200 millones de dólares al mercado cambiario. La divisa se cotizó hasta 15.88 pesos en ventanilla, para cerrar en 15.48 pesos, un centavo por debajo de su máximo histórico. Esta situación se detonó por las buenas noticias en el indicador de empleo de EU, lo que aumentó la probabilidad de que la Reserva Federal comience la elevación de las tasas de interés en junio.
Esto implica que las autoridades monetarias deben estar atentas al efecto de transmisión inflacionaria de la depreciación cambiaria, lo que ha producido un importante encarecimiento de los costos de producción en los últimos tres meses, de acuerdo con las encuestas de producción manufacturera nacional.
Si en la segunda mitad del año se espera que la Fed ajuste su política monetaria, se visualiza en el mediano plazo que las tasas de interés de los diversos productos financieros en el país empezarán a elevarse; así que el crédito se encarecerá con el consecuente efecto en el gasto de consumo y la inversión, en un mercado interno que de por sí presenta una marcha muy moderada.
Menores petroprecios, la depreciación cambiaria y la salida de Estados Unidos de su política monetaria no convencional plantean un entorno de incertidumbre que delineará la marcha de la economía en los próximos meses. En este ámbito, reviste especial importancia la instrumentación de las reformas estructurales para impulsar el crecimiento en el largo plazo.
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