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El multimillonario Donald Trump, muy exitoso en los negocios, hizo pública su intención de ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Para ello, organizó una conferencia de prensa en la instalación central de sus negocios en Nueva York. El resultado: desastroso.
Este magnate se expresó con total claridad respecto al tema de la migración indocumentada desde México, despotricando y denigrando por parejo a los migrantes llegados del Sur, aclarando al final que no todos son mexicanos, sino también centro y sudamericanos y hasta del Lejano Oriente.
No vale la pena analizar y descalificar completamente sus generalizaciones y absurdos. Es sencillo ver dónde están sus errores. No hay razón para hacer más corajes ni perder el tiempo.
Pero de este rato ante la prensa, se puede deducir que Trump no podría ser presidente de los Estados Unidos ni de país alguno. Ello consecuencia, para empezar, de su absoluta falta de sentido de la diplomacia.
Pero lo más grave, y que Donald Trump no midió, es que está poniendo ante los ojos del mundo su falta de sentido humano por una parte, y por la otra su enorme desinformación sobre los millones de mexicanos y otros latinoamericanos llegados a los Estados Unidos.
Aparentemente quiso desde antes de iniciar cualquier acto en pos de su candidatura presidencial, presentar su personalidad, escala de valores y sentido de observación de la realidad nacional de su país. El tema de la migración es vital en la próxima contienda electoral.
¿Lo hizo solo, o es también resultado de asesorías de “expertos” y conocidos políticos? Da lo mismo, la consecuencia es que ha puesto de manifiesto que no sería un ya no digamos buen presidente, ni siquiera un ejecutivo federal mediocre. Ganar dinero y administrar un país para su bien común, son dos cosas muy diferentes.
Ya anteriormente se había manifestado contra el vecino México y sus personajes como “el negro” Iñárritu.
Un conocido comentarista de televisión lo entrevistó y lo puso frente a la figura de un destacado magnate mexicano, Carlos Slim, con el evidente propósito, bien logrado, de hacerle ver a Trump que ese mexicano, perteneciente al país que denigra, lo superaba por mucho. De hecho, los cálculos de sus respectivas fortunas, a cargo del mismo Trump, ponían a Slim varias veces por encima de él.
¿Para qué darle más vueltas al tema? Solito, Trump se ha descalificado ante los ojos del mundo. Mal haría el pueblo estadounidense en poner a la cabeza de su gobierno a quien demuestra, en una primera conferencia de prensa, odio, desprecio y desconocimiento de la realidad. Mejor que se quede en sus millones de dólares.
Letterman y Donald Trump hablan de Carlos Slim
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Discurso completo de Donald Trump
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