“Si está considerando venir a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo piense. Déjeme ser clara: si viene a nuestro país y viola nuestras leyes lo cazaremos. Los criminales no son bienvenidos”, dice Kristi Noem en el polémico spot en el que advierte a quienes busquen entrar a su país sin papeles que no lo hagan, sólo que parece que la última frase dirigida a los criminales no sólo abarca a quienes no tienen visa.
Y es que el alcalde morenista de Matamoros, José Alberto Granados Favila, y 13 miembros de su administración fueron retenidos en la entrada de Brownsville, Texas, se les negó la entrada a Estados Unidos, se les destruyó la visa y se les dijo que no podían ingresar a dicho país porque para la administración Trump el ayuntamiento de Matamoros “es una organización criminal y terrorista”.
Pero este episodio debe ser visto con los antecedentes del caso. Al inicio de año, circuló en artículos y columnas periodísticas la versión de que un grupo de mexicanos –exgobernadores, exlegisladores y hasta un excanciller de oposición– colaboraban con Estados Unidos para proporcionarle al gobierno de Donald Trump información para armar expedientes de narcopolíticos de México; de igual manera, se dio a conocer que desde la Casa Blanca se exigió a la presidenta Sheinbaum que procediera a la entrega de una lista que se especula contiene los nombres de 100 políticos vinculados al narcotráfico, muchos de ellos pertenecientes a Morena.
El año pasado tuvimos las declaraciones de varios personajes cercanos a Trump que alertaban de la posibilidad de iniciar acciones militares en contra de los cárteles del narco en México, incluso planteando la posibilidad de atacarlos en entidades como Sinaloa, además de que se conoció del vuelo de aviones de inteligencia en la frontera norte, el Golfo de México y el Pacífico frente a las costas de Sinaloa, así como el vuelo de drones que recopilan información y vigilan los campamentos de los cárteles. También se dio el cambio de que ahora los cárteles son considerados organizaciones terroristas.
El tema de los narcocorridos y las visas retiradas a algunos de sus intérpretes, sólo fue parte de este tema, mostrando que el gobierno de Estados Unidos está poniendo una atención especial en este aspecto y que sus acciones, gusten o no, tengan permiso o no en Palacio Nacional, seguirán en aumento.
Así que la detención del presidente municipal de Matamoros es sólo parte de una historia en la que la administración Trump –luego de su fracaso ante China y para detener la guerra en Ucrania– debe mostrar un triunfo para sus electores y recuperar la imagen de líder que cumple sus promesas.
Por lo pronto, las acusaciones de “vendepatrias” que ha hecho la presidenta, movida por la venda ideológica que tiene, no son más que recursos retóricos para ocultar que en los meses por venir podríamos ver operativos para detener a políticos mexicanos vinculados al narcotráfico.
Total, si ya vinieron por el Mayo Zambada y ahora lo tienen en una corte de Nueva York, que no vengan por un alcalde, exgobernador o exsecretario de Estado es algo que no puede descartarse.
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