La Secretaría de Gobernación (Segob) informó que la tarde de este 21 de enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador se sometió a un “cateterismo de rutina” en las instalaciones del Hospital Central Militar, como parte de los estudios periódicos a los que se somete para controlar sus antecedentes de hipertensión y de un infarto agudo al corazón que sufrió en 2013.
La dependencia federal informó que el procedimiento tuvo una duración de 30 minutos y se encuentra en perfecto estado de salud, por lo que inmediatamente retomará sus actividades.
El parte médico compartido por el titular de la Segob, Adán Augusto López señala que:
«En este procedimiento se encontraron el corazón y las arterias del señor presidente sanos y funcionando adecuadamente. No fue necesario realizar ningún otro tipo de intervención y fue un procedimiento breve que duró alrededor de 30 minutos. El señor presidente se encuentra en perfecto estado de salud”.
Luego de la conferencia matutina del viernes, el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, anunció que López Obrador acudiría al médico para “una revisión médica de rutina programada» desde hace tiempo.
El mandatario apenas se recupera de su segundo contagio de Covid-19, por lo que fue hasta este 17 de enero cuando regresó a encabezar las reuniones con el Gabinete de Seguridad y sus conferencias matutinas en Palacio Nacional, así como algunas actividades adicionales.
Apenas este jueves la Oficina de la Presidencia informó que no habría más actividades por la tarde del viernes, pues además el alto índice de contagios de Covid-19 variante Ómicron obligó a la suspensión de actividades.
¿Qué es un cateterismo cardíaco?
Se trata de un procedimiento en el que se introducen catéteres en las arterias o venas del cuerpo del paciente para llegar al corazón con el objetivo de monitorear el funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos.
Mediante estos instrumentos se extraen muestras de sangre, registrar la presión arterial de diferentes partes del sistema circulatorio o inyectar material de contraste radiológico para identificar alguna obstrucción o estrechez en las arterias coronarias o de alguna otra parte del cuerpo.
El estudio se realiza en una sala especial de rayos X que cuenta con una mesa en donde se acuesta al paciente y se introduce en un arco móvil que emite la radiación, mientras varias pantallas muestran las imágenes tomadas por el movimiento de los catéteres. Así es como se detectan anomalías, obstrucciones y otros defectos cardiacos para prevenir algún problema más grave. Incluso en este procedimiento se puede corregir alguna anomalía.
Habitualmente el paciente está despierto, solo se le coloca anestesia local en un punto cercano a la muñeca, o en algunos casos con una punción a nivel femoral en la región inguinal.
Cuando se realiza un estudio de arterias coronarias y se identifica algún bloqueo, obstrucción o estrechez de la arteria que dificulta el flujo sanguíneo, se aplica una angioplastia coronaria, que consiste en introducir pequeños balones que se inflan en el sitio de la obstrucción para posteriormente colocar una malla metálica que se denomina Stent, que desbloquea la arteria y permite mejorar el flujo sanguíneo en la zona.
Este procedimiento se recomienda para personas que han sufrido un infarto agudo al miocardio o padecen angina de pecho. Estas mismas técnicas también se pueden aplicar a otras arterias del cuerpo, como las carótidas, en la región del cuello, o bien en arterias en el tórax, abdomen y piernas.
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