El estado de salud del Papa Francisco, de 88 años, mantiene en vilo a la Iglesia católica y a millones de fieles alrededor del mundo. Internado desde el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, el pontífice argentino enfrenta un cuadro de neumonía bilateral que complicó una infección respiratoria inicial. Según el último reporte de la Santa Sede, Francisco «ha descansado bien» en las últimas horas, pero su pronóstico sigue siendo reservado. Los médicos han indicado que no requiere asistencia de oxígeno, aunque necesita transfusiones de sangre y permanece bajo tratamiento intensivo.
El doctor Sergio Alfieri, quien lidera el equipo médico, afirmó este viernes que el Papa «no está fuera de peligro», pero destacó su buen ánimo pese a los dolores que lo han confinado a un sillón. La neumonía, detectada esta semana, agrava las condiciones preexistentes de Francisco, quien a los 21 años perdió parte de un pulmón y ha enfrentado problemas respiratorios recurrentes. Esta hospitalización, la cuarta desde su elección en 2013, reaviva especulaciones sobre una posible renuncia, una opción que él mismo contempló al firmar una carta en 2013, actualmente en manos del secretario de Estado, Pietro Parolin.
Dato de interés para México: Francisco, el primer Papa latinoamericano, ha visitado nuestro país en 2016, recorriendo Ciudad de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua, dejando un legado de cercanía con los más vulnerables. En caso de renuncia, dos cardenales mexicanos, Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega, ambos de 75 años, figuran como posibles sucesores, destacados por su labor pastoral y la relevancia de México como bastión católico. Mientras los fieles rezan por su recuperación, el futuro del papado sigue siendo una incógnita que resuena desde Roma hasta América Latina.
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