¡Órale, qué chido avance educativo nos traen para 2026! Según México Evalúa, esos cerebritos que analizan los billetes públicos, el gobierno va a destinar poquitos 8,416 pesos por cada mexicano a la educación. En 2015 eran 9,458 varos por cabeza. O sea, mil 42 pesos menos por persona, un 11% de recorte en una década. ¡Pura transformación al revés, carnal!
El presupuesto total sube un poquito, sí, a como 1.13 billones de pesos, y se jactan de que crece en becas universales como la Rita Cetina, que se infla al doble casi. Pero ¿y los maestros? La formación docente en mínimos históricos, materiales educativos recortados a la mitad, evaluaciones que se van al diablo con un tijeretazo del 73%. Mientras, las Universidades para el Bienestar Benito Juárez se llevan casi el doble de lana. Prioridades, ¿no?
Y no hablemos del PIB: apenas 2.9% para educación, cuando la UNESCO pide entre 4% y 6%. Estamos lejísimos, compas. La OCDE gasta el triple por alumno que nosotros. ¿Así vamos a competir en el mundo? Parece que prefieren dar billetito directo pa’ que la gente no se queje, pero sin invertir en calidad: maestros bien preparados, escuelas decentes, libros que sirvan.
Doña Claudia y su equipo dirán que es histórico el aumento nominal, pero per cápita la historia es de retroceso. ¿De qué sirve más becas si los chavos llegan a salones hechos mierda y con profe sin capacitación? Al rato tendremos una generación que sabe recibir apoyo, pero no multiplicar ni leer bien un contrato.
En fin, si esto es el segundo piso de la 4T, parece que el elevador se descompuso en el sótano. Ojalá despierten y pongan la lana donde de veras eduque, no nomás donde vote. Porque una nación ignorante es cara a la larga, y nosotros ya vamos en cuenta regresiva.






































